El próximo 25 de enero, la madrileña Galería Max Estrella abrirá al público “Brutalismo”, muestra en la que Marlon de Azambuja retoma su interés por las repercusiones estéticas y culturales de la arquitectura y el urbanismo en las grandes ciudades y por los contrastes entre las edificaciones modernistas de su país y sus muy cercanas construcciones precarias.
Hasta ahora el creador brasileño ha convertido en sus intervenciones elementos urbanos en materiales artísticos y ha mostrado su visión crítica hacia ampulosos museos de reciente construcción a cargo de arquitectos de prestigio internacional y, en su próxima propuesta para la sala Max Estrella, Azambuja ha decidido conceder a los materiales constructivos del espacio arquitectónico un protagonismo decisivo y poner a prueba las ideologías, las utopías, los modelos de pensar y habitar el mundo que subyacen tras las masas de cemento y ladrillo de edificios internacionales emblemáticos.
El artista se ha propuesto demostrar su inestabilidad y casi destruirlas para volver a levantarlas después. Podemos entablar relaciones entre estos trabajos y las intervenciones de Azambuja en espacios públicos, que desvelan su creencia en el poder transformador de la creación a nivel individual y que han modificado, de forma efímera y también desde un enfoque poético e irónico, aspectos morfológicos del mobiliario urbano.
Hace dos años, el brasileño ya presentó en Max Estrella “Gran Fachada”. Fue su primera muestra en una galería española y en aquella ocasión deconstruyó la imagen oficial y más conocida de algunos conocidos edificios icónicos del establishment artístico contemporáneo, como el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, el Centre Pompidou de París, la Tate Modern de Londres o el MUSAC de León.
Marlon de Azambuja participará la próxima primavera en una residencia en el Bronx Museum de Nueva York en primavera y posteriormente protagonizará “Herencia”, una exposición individual en el centro de arte PIVÔ.
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