El Bosco se reencuentra con su público en el Museo del Prado

El Museo del Prado reabrió al público ayer su sala dedicada a El Bosco tras permanecer cerrada desde el pasado marzo por la situación sanitaria. La apertura llega con un nuevo montaje, novedoso desde el punto de vista técnico: se han diseñado soportes nuevos para tres trípticos, se ha incorporado una mesa vitrina y también se ha instalado un nuevo sistema de iluminación, gráfica nueva y una pantalla que posibilitará a los visitantes contemplar detalles ampliados de las obras.

En 2016, como muchos recordaréis, el Prado dedicó al autor de El carro de heno una exposición que superó los 600.000 espectadores, marcando un récord histórico en la institución, y el año pasado más de 7.000 personas al día pasaron por la sala del artista, es decir, dos millones y medio de visitantes al año. Además, El Jardín de las delicias es una de las cinco obras más escuchadas por los usuarios de audioguías de la pinacoteca (la segunda después de Las Meninas) y, durante el pasado confinamiento, el vídeo más visto del programa online #PradoContigo fue asimismo el directo en Instagram dedicado a esta obra, con más de 1.300.000 impresiones. Con el replanteamiento de su sala, el Prado ha querido así responder a la gran demanda de visitas que genera habitualmente este espacio, mejorando la percepción de las imágenes.

Aunque se mantiene la ubicación de cada una de las piezas, el montaje anterior presentaba unas características formales que requerían ser actualizadas y mejoradas: ahora se han ganado metros para la circulación de los visitantes y para mejorar la accesibilidad a las pinturas; también se ha individualizado la iluminación de los trípticos (mejorando la visión del reverso de sus alas) y se han tenido en cuenta las necesidades derivadas de la implantación del Plan de Protección de Colecciones ante Emergencias.

Por otro lado, se ha adoptado una nueva gráfica que aporta información sobre las obras: textos explicativos individuales de cada pieza y un gran texto introductorio que muestra la firma autógrafa de El Bosco como colofón.

La sala cuenta también con un nuevo color, un verde más oscuro que el del anterior montaje, que realza tanto la gráfica como los tonos de las pinturas y subraya la iluminación, y con un monitor profesional de 65” de Samsung en el que se suceden imágenes de detalles sorprendentes de las obras expuestas, en un tamaño hasta doce veces superior al original.

Sala 56A del Museo Nacional del Prado

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