Drawing Room crece y convence en el Círculo de Bellas Artes

La tercera edición de la feria se consolida como una apuesta segura en la semana del arte contemporáneo en Madrid

Madrid,
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Irene González en Galería Silvestre

Tras la resaca de ferias vuelve la calma, aunque aún palpitan en la memoria las obras que nos han llamado la atención, los nuevos descubrimientos –que siempre hay alguno–, los pasillos y stands más o menos llenos por los que hemos transitado y las conversaciones con aquellos a los que siempre nos alegra ver de año en año. Una cita que no queríamos perdernos y que nos generaba curiosidad por su nueva ubicación era la de Drawing Room, que al hilo de lo que comentábamos antes seguro habrá quedado grabada en la memoria de muchos por haber sido una gran edición. Es verdad que su carácter específico y su tamaño juegan a favor a la hora de elegirla como opción dentro de la ajetreada agenda de la semana del arte, pero también lo es que existe una gran competencia repartida por la ciudad que roba minutos a cada posible visitante.

Podemos decir que la feria se ha acomodado muy bien al salón de baile del Círculo de Bellas Artes, donde sorprendía especialmente por su diseño el stand de Yusto/Giner, haciendo suyo el espacio para mostrar las singulares obras de Javier Calleja. Si hay que poner un pero a la nueva sede sería la dificultad para crecer en el futuro, pero es algo que quizás por el momento no preocupa a la organización, que ya había ampliado este año la lista de participantes de 20 a 30 galerías. Entre ellas hemos visto alguna, como Artnueve, que traspasaba la línea más disciplinada del dibujo para ofrecernos también propuestas escultóricas. Superada la primera impresión, un tanto chocante, hay que decir que tanto el pupitre con murciélagos pegados con chicles, como la montaña de agujas de latón, ambas piezas de Pablo Capitán del Río, son fantásticas. Más centrados en la práctica del dibujo, nos han encantado los de una Soledad Córdoba guerrera, en Gema Llamazares; las delicadas creaciones de Anna Talens, en Paz y Comedias; las evocadoras acuarelas rotuladas de Emilio González Sainz, en Siboney; los dibujos de Irene González, en Galería Silvestre; la obra de Damiá Vives, en Fran Reus, y el tándem Matesanz / Bueno en Espacio Olvera. A más de uno le habrán sorprendido los dibujos de Miquel Navarro e impresionado los de Gamaliel Rodríguez y hay artistas que nunca defraudan como Ángeles Agrela, Ángel Mateo Charris, José Luis Serzo, Paco Pomet o Chus García Fraile.

Volveremos seguro en 2019 para ver más, pero esto no termina aquí, ya lo sabéis, estas galerías y todas las demás nos esperan abiertas el resto del año.

 

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Espacio de la galería Yusto/Giner en Drawing Room 2018, con obras de Ángeles Agrela y Javier Calleja.

 

 

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