Uno de los principales puntos en común de los intelectuales ligados a la Generación del 27, fueran o no artistas y poetas, fue sin duda la influencia que ejercieron en su obra las vanguardias internacionales nacidas en las dos décadas anteriores, los ismos que conocieron su apogeo entre la etapa anterior a la I Guerra Mundial y el periodo de entreguerras. Pero, al margen de esas fuentes y de una evidente conexión lírica, los músicos, poetas, cineastas, arquitectos, escritores y creadores visuales que desarrollaron lo fundamental de su producción durante la llamada Edad de Plata formaron un colectivo de intereses muy diversos.
Más de setenta piezas llevadas a cabo por artistas próximos a los autores reunidos en el Ateneo madrileño para homenajear a Góngora se exhiben hasta el 21 de julio en la Galería madrileña Guillermo de Osma, en el marco de una muestra que se centra en el periodo 1920-1939 y que recoge, en buena medida, trabajos de artistas que colaboraron en más de una ocasión con literatos realizando ilustraciones en libros y revistas, y también obras de poetas a quienes podemos considerar sin miedo dibujantes -como Lorca, Alberti o Gabriel Celaya – y de pintores que también se adentraron en las madejas literarias, como Ramón Gaya y Moreno Villa.
La exposición plantea que, por fin, la Generación del 27 supuso en España el aglutinante necesario para que la vanguardia dejase de ser cultivada de forma aislada por artistas de vocación cosmopolita para conformar en torno a ella una corriente, aunque no estuviera marcada por tendencias dominantes sino nacida de la suma de individualidades con deseos de modernidad. La Residencia de Estudiantes fue, a menudo, el escenario de sus encuentros.
Si Joan Sandalinas, Antonio de Guezala o Maruja Mallo reflejaron en su obra la lírica poética desde un enfoque neocubista, Alberto Sánchez, José Moreno Villa, Gabriel Celaya o Benjamín Palencia optaron por trasladar a la plástica esa misma poesía desde postulados próximos al surrealismo y la Escuela de Vallecas.
En Guillermo de Osma podemos ver también dibujos próximos al Retorno al orden de Pablo Picasso, Josep Togores, Pere Pruna, Nicolas de Lekuona, Gregorio Prieto o Federico Castellón; también trabajos de artistas cuyo poso vanguardista derivó de la fuente directa (de sus estancias en París), como Celso Lagar, Francisco Bores, Manuel Ángeles Ortiz e Ismael de la Serna, y piezas geométricas del camaleónico Torres-García y también del que fue uno de sus mayores seguidores en Madrid, Luis Castellanos.
Capítulo aparte merecen en esta exposición las obras que fueron fruto del trabajo en colaboración entre artistas, músicos y escritores. Se muestran los figurines que realizó Manuel Ángeles Ortiz para el estreno en París de Genoveva de Brabante, de Eric Satie; el dibujo de Juan Gris para la escenografía del ballet Cuadro Flamenco, de Manuel de Falla; un figurín de Benjamín Palencia para La Pájara Pinta de Rafael Alberti, un retrato de Rafael Barradas de la actriz Catalina Bárcena para el Teatro Eslava de Madrid, o dos poemas ilustrados: uno de Joaquín Torres-García basado en un texto de Alejandro Casona y otro de Alberti sobre su poema El Gallo, así como un dibujo original de Ramón Gómez de la Serna para sus Greguerías.
El collage también estará presente en Guillermo de Osma con obras de Alfonso Buñuel, del poeta ultraísta Adriano del Valle y de José Caballero, y no faltan tampoco una ilustración con varias caricaturas de Luis Bagaría y un dibujo de Nicolás de Lekuona para una portada de Blanco y Negro.
Madrid no será la única parada de esta muestra, porque después viajará a Andalucía: a la Galería Ruiz Linares de Granada y la sala Carmen Aranguren de Sevilla.
“El dibujo del 27. Vanguardia sobre papel”
c/ Claudio Coello, 4 1º izda
28001 Madrid
Del 7 de junio al 21 de julio de 2017
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