La Fundación Serralves abre al público mañana la primera gran exhibición de Mira Schendel en Portugal, país donde la producción de esta artista de origen suizo no es demasiado conocida, aunque varias colecciones atesoran trabajos suyos desde 1966, año en que la sala Livraria Bucholz expuso por primera vez su obra en Lisboa.
Considerada una de las creadoras latinoamericanas más prolíficas, Schendel ha abordado a lo largo de su carrera temas relacionados con el lenguaje y el significado y, junto a Lygia Clark y Oiticica, contribuyó a redefinir la imagen del arte moderno europeo en Brasil. Nacida en Zúrich en 1919, vivió entre Milán y Roma antes de emigrar a aquel país en 1949; en 1953 se estableció en Sao Paulo y allí vivió y trabajó hasta su muerte en 1988.
Las distintas culturas, geografías y lenguas que conoció y su vivencia del desarraigo se hacen patentes en sus obras, así como su interés por la filosofía y la historia de las religiones. Además de ayudar a consolidar en Brasil un círculo de intelectuales formado por psicoanalistas, literatos y filósofos (muchos judíos emigrados, como ella), también mantuvo contacto con figuras europeas como Max Bense y Umberto Eco.
La exhibición que mañana inaugura la Fundación Serralves consta de dos centenares de pinturas, diseños y esculturas, en algunos casos piezas inéditas. No faltarán algunas obras iniciales, como pinturas fechadas entre 1955 y 1965 que rara vez se han mostrado al público pero que ayudan a comprender la importancia de la confrontación de impulsos figurativos y geometría en la producción de Schendel.
Otro rasgo común a todo el trabajo en tres dimensiones de la artista que se hace muy presente en esta muestra es la tensión entre la fragilidad de los materiales empleados y la fuerza expresiva que cobran al transformarse en esculturas. Resulta paradigmática de esta dialéctica su serie Droguinhas (1965-66), compuesta por piezas elaboradas en papel de arroz que se exhibieron por primera vez en Londres en 1966.
El lenguaje escrito y sus conexiones artísticas, ampliamente exploradas por Schendel, protagoniza series como Objetos Gráficos, que presentó en la Bienal de Venecia de 1968 y que se relaciona con la poesía y sus elementos primarios.
Otras obras de la muestra destacan por las relaciones que plantean entre objeto y espacio, como las emblemáticas instalaciones Ondas Paradas de Probabilidade (1969) y Variantes (1977), así como sus más tardías pinturas abstractas.
La exposición ha sido organizada en colaboración con la Tate Modern y la Pinacoteca do Estado de São Paulo.
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