Un habitual en la Galería Siboney, Daniel R. Martín, regresa hasta marzo a este espacio santanderino para presentar “Cuando nada tiene explicación”, un conjunto de trabajos recientes (fundamentalmente esculturas, pero también pinturas sobre papel) que ha llevado a cabo durante dos encierros: el primero debido a una lesión, que aprovechó para dibujar sin prisa, deteniéndose en las líneas, insistiendo, corrigiendo y trazando hilos conductores a proyectos futuros; el segundo, más desafortunado y doloroso, ha sido el confinamiento que todos hemos conocido. El autor lo dedicó a dar forma tridimensional a sus dibujos anteriores y a realizar otros que, finalmente, ha llevado al hierro.
En este periodo sus trabajos han ganado sencillez y depuración; el proceso de elaboración no ha sido simple, pero los resultados carecen de anécdotas: Creo que poco a poco lo que ha ido pasando ha hecho mella en mi obra de una forma bastante notable. Los periodos de observación en la naturaleza y su posterior recreación en el taller, si bien han sido largos y fructíferos, no se han traducido en obras excesivas y recargadas; ciertamente creo que mis obras han ganado en desnudez, se han despojado de lo “innecesario”, volviéndose en algunos casos incluso sombrías, recordándome a piezas que hice hace años. Obras muy trabajadas, pero desprovistas de todo artificio. Recuerdo una frase que recogió Guillermo Balbona hablando sobre mí, que decía que “el taller es ese lugar donde todo tiene sentido y explicación”… incluso cuando nada tiene explicación.
Siboney es la sala que lo representa desde hace más de dos décadas, donde Martín expuso en 1995 su primera serie escultórica y donde ha presentado, desde 2000, cuatro individuales: “Celdas y laberintos”, “Esencia de vida”, “Vidas paralelas” y “Aedificare hortis”, mientras también mostraba su trabajo en museos y ferias y en algún proyecto público; destaca su pieza Esencia Procera, dedicada al ciclo de la vida e instalada en el hall del Hospital de Valdecilla.
Su terreno es, sobre todo y desde sus inicios, el de la escultura en hierro, con Susana Solano y Sergi Aguilar como referencias desde los noventa y haciendo contrastar la potencia del material con la poética delicada propia de su lenguaje. En Santander presenta ahora trabajos en peanas y de pared y también una serie de esas pinturas sobre papel realizadas con una técnica muy personal: ofrecen capas de resina y poliéster translucido que le sirven para jugar con los efectos de la transparencia; la materia viva solidifica las piezas y adquiere la misma importancia que la representación.
El Soto de la Marina es su espacio de creación; como también apuntó Balbona, un apéndice natural de su labor cotidiana. Y el paisaje es, como se hace muy patente en esta exposición, su primera fuente de inspiración, en temas y en el manejo de materiales diversos, leves o sólidos: Su búsqueda iniciática permanente siempre traza un cruce de caminos entre el ciclo de la vida y el proceso creativo. La metáfora industrial y artesanal en primer término. La naturaleza al fondo.
Daniel R. Martin. “Cuando nada tiene explicación”
c/ Santa Lucía, 49
Santander
Del 29 de enero al 7 de marzo de 2021
