El confinamiento dejó al borde de su cierre la primera muestra individual de Dagoberto Rodríguez en la Galería Sabrina Amrani de Madrid, “Visión de túnel”, que presentaba acuarelas recientes del artista cubano en las que encontrábamos variaciones sencillas de la arquitectura futurista simple de túneles y corredores. Y el regreso a la libertad nos trae su primera exhibición en un museo español: “Guerra interior”, que el pasado 12 de junio se abrió en el CAAM de Las Palmas. Repasa la obra reciente de Rodríguez desde que dejara de ser mitad del célebre dúo Los Carpinteros, hace dos años, aunque fue hace cerca de cuatro cuando en la práctica, y debido a la distancia, comenzaron a trabajar por separado tras unos treinta años de trayectoria conjunta.
Sus proyectos suelen aunar arquitectura, escultura y diseño, aunque el dibujo es la base de muchos de ellos, y se sirve de la ironía para abordar asuntos relacionados con la política, la sociedad y el arte y muy a menudo vinculados a su país, al declive de las utopías comunistas (también del sueño capitalista) y a la noción, que formó parte de la educación de Rodríguez y de sus compañeros de generación en Cuba, de que todo arte es político y un arma revolucionaria.
Lo bélico forma parte de su imaginario (tuvo que llevar a cabo el servicio militar para convertirse en artista oficialmente) y su formación creativa la combinó con clases para la utilización de armas, a las que acudían otros creadores en su etapa estudiantil como él. Fue ya en los noventa cuando pudo iniciar su carrera artística sin conjugarla con aquel aprendizaje del disparo y la defensa, así que es natural que la guerra forme parte de su producción y también que esta se ocupe del peso del conflicto en el ámbito privado y cotidiano, haciendo hincapié en lo que el enfrentamiento tiene de ancestral y dejando a un lado la moderna tecnología bélica (occidental).
Reflexiona Rodríguez sobre la hostilidad como cualidad inherente a la condición humana y sobre lo que la lucha y la enemistad tienen de motores vitales; el origen de algunos de sus trabajos fue la guerra de Siria e investigó los modos de defenderse de la población local. Veremos en Las Palmas piezas como Ánforas o Satélite de barro, donde representó materiales bélicos de fabricación casera que podrían haberse utilizado tanto en Oriente Medio como en la propia Cuba, o algunos paisajes distópicos, en acuarela y de gran formato, de su citada serie Túneles, creados a partir de figuras de Lego y sin presencia humana. Merece la pena detenerse en su reciente Puente invertido doble, que sugiere, como esos mismos túneles, la fragilidad del mundo de hoy al sostenerlo sobre cimientos de Lego o estableciendo nexos entre puentes imposibles.
Otra obra actual presente en la exposición es Geometría popular, vídeo filmado este mismo año en los estudios de televisión de Cubanacán y estrenado digitalmente, el pasado abril, por Sabrina Amrani. Por coincidir con nuestro encierro, tenía algo de visionario: en una de sus secuencias, podíamos ver a un grupo de personas discutiendo en un espacio muy cerrado, supuestamente confinados. No ha sido un efecto en absoluto buscado; a Rodríguez le han sorprendido los múltiples modos en que la crisis sanitaria ha resignificado parte de su producción.
El filme plantea cómo, detrás de cada grupo y cada conflicto humano, sean cuáles sean sus condiciones, subyace una geometría que explica sus relaciones. Incluso apuntó que esos vínculos pasaban por tres fases equiparables a otras tantas figuras geométricas: cuadrado, triángulo y círculo; esto es, enfado, paz y sumisión.
Por último, forman parte de “Guerra interior” trabajos de la serie Emblemas, donde el artista replicó los logos de coches clásicos norteamericanos aplicando su tipografía a una docena de expresiones relativas a la Revolución cubana. El conjunto es un proyecto gráfico de atractivo estético evidente que representa, metafóricamente, las relaciones insospechadas entre la Cuba revolucionaria y Estados Unidos.
Dagoberto Rodríguez. “Guerra interior”
CAAM. CENTRO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE LAS PALMAS
c/ Los Balcones, 11
Las Palmas de Gran Canaria
Del 12 de junio al 8 de noviembre de 2020
