Cornelia Parker, la explosión y la política

La Tate Britain presenta su mayor retrospectiva

Londres,
Cornelia Parker. Cold Dark Matter: An Exploded View, 1991. Tate
Cornelia Parker. Cold Dark Matter: An Exploded View, 1991. Tate

La curiosidad le ha llevado, en los últimos treinta años, a transformar objetos cotidianos en piezas artísticas por la vía de la metáfora y han sido centro de su interés asuntos como la violencia, los derechos humanos y las crisis ambientales. Pero también ha logrado probar Cornelia Parker que las instalaciones de gran formato, e incluso site-specific, pueden invitarnos a reflexionar sobre cuestiones íntimas, tanto como la fragilidad de la vida.

Pueblan sus trabajos descomposiciones y accidentes fruto de un cierto ensañamiento, de eclosiones de amenazas, y sobre sus restos, o entre ellos, propone caminar a un espectador que, probablemente, solo conoce las consecuencias de una explosión por el telediario. El resultado tiene efectos transformadores; esa materia destrozada cobra nueva vida en las salas de exposiciones.

Formada en la Wolverhampton Polytechnic y en la Reading University, Parker no ha trabajado solo modificando escalas y contextos, sino también replanteando el significado transmitido por los objetos encontrados. En “The Maybe”, la exposición que llevó a cabo en 1995 en la Serpentine en colaboración con la actriz Tilda Swinton, se centró en explorar las sensaciones que experimentamos al contemplar reliquias y pertenencias de personajes famosos, seleccionando para aquella propuesta piezas y curiosidades prestadas por diversos museos: acuarelas de Turner, medias de la Reina Victoria de Inglaterra o la manta de Sigmund Freud. La propia Swinton formó parte de aquella muestra y se expuso durmiendo en una urna de cristal.

De nuevo en Londres, la Tate Britain presenta ahora su mayor antología: se han reunido más de noventa proyectos, entre instalaciones inmersivas, esculturas, filmes, fotografías y dibujos que vienen a celebrar los muchos caminos en que ha vertebrado su producción desde que, a fines de los ochenta, llevara a cabo aquellas piezas a gran escala y suspendidas que sedujeron al público. Recoge la muestra trabajos como Thirty Pieces of Silver (1988-1989), recopilación de objetos de plata aplanados, como teteras, candelabros y vajillas, recolectados en tiendas benéficas y en ventas a pie de calle, a veces en maleteros de automóviles, o Cold Dark Matter: An Exploded View (1991), instalación formada por los restos de un cobertizo que ha explotado: sus fragmentos rodean, de hecho, una sola bombilla. Veremos, asimismo, ambientes como War Room (2015), elaborado con las resmas de negativos de papel rojo perforado sobrantes de la producción de amapolas conmemorativas de la Legión Británica o Magna Carta (An Embroidery), un bordado de trece metros de longitud, tejido a mano por doscientos voluntarios, de una página de la Wikipedia. Entre sus hacedores figuraron, por cierto, figuras públicas, abogados de derechos humanos, políticos y presos.

Específicamente para esta exhibición ha realizado Parker el vídeo FLAG, que muestra la elaboración de una Union Jack con el himno Jerusalem en su reverso, y también una instalación escultórica, llamada Island: un invernadero cuyo marco de vidrio se dispone sobre baldosas hidráulicas victorianas recuperadas del Palacio de Westminster, pintado con tiza blanca procedente de de los acantilados de Dover e iluminado por una nueva bombilla suspendida que proyecta sombras dramáticas.

A la Tate Britain han llegado, asimismo, dibujos, fotografías, objetos escultóricos de cariz íntimo y grabados; contemplaremos imágenes de la serie Avoided Object (1999), tomadas con una cámara que alguna vez fue propiedad de un comandante de Auschwitz, o las representaciones pornográficas con manchas de tinta que, entre 1995 y 2006, diseñó a partir de cintas de vídeo confiscadas. También sus proyectos de temática política: hay que recordar que, en 2017, Parker se convirtió en la primera mujer en ser nombrada artista oficial para unas Elecciones Generales y, para desempeñar ese encargo, se reunió con políticos, activistas y votantes antes de producir sus obras. Varias películas realizadas entonces se muestran en una sala de cine dentro del recorrido, incluyendo Left Right & Center (2018), filmada con un dron, por la noche, en la Cámara de los Comunes y Election Abstract (2018), que compendia sus observaciones durante la campaña y se publicó en su cuenta de Instagram. Otros trabajos cinematográficos reunidos aquí son Made in Bethlehem (2012-2013), que representa a un padre y un hijo palestinos tejiendo coronas de púas de cara a la Pascua o Chomskian Abstract (2007), una entrevista con Noam Chomsky sobre los lazos entre la crisis medioambiental y el capitalismo.

Algunos trabajos han escapado a las salas expositivas y se han integrado en los fondos de la Tate, precisamente junto a las obras históricas a las que hacen referencia. Es el caso de Room for Margins (1998), una instalación de los revestimientos de lienzo manchados y los bordes con tachuelas de algunas pinturas de Turner que los conservadores del museo tuvieron que retirar después de una inundación en 1928, o The Distance (A Kiss with String Attached) (2003), el provocativo diálogo de esta autora con el beso de Rodin.

 

Cornelia Parker

TATE BRITAIN

Millbank, SW1P 4RG

Londres

Hasta el 16 de octubre de 2022

 

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