La Fundación Sandretto Re Rebaudengo despliega su colección en Sevilla y Valladolid

Estos fondos cumplen treinta años

Sevilla y Valladolid,

Coincidiendo con las tres décadas transcurridas desde que Patricia Sandretto comenzará a gestar su colección, y a la espera de que esta cuente con una sede definitiva en Madrid, son dos las exposiciones que este verano, y hasta noviembre, recogen parte de esos fondos en Valladolid y Sevilla.

En la zona monumental y el claustrón norte del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo podemos visitar “Extraño”, muestra comisariada por Juan Antonio Álvarez Reyes, director de ese espacio, que hace hincapié en una de las ideas-fuerzas que vertebran el acervo de la Fundación Sandretto Re Rebaudengo: la atención a lo extravagante, lo extraordinario o exótico. El recorrido reúne piezas que abordan el mundo desde un enfoque experimental y abierto a lo inesperado, en el que lo raro es marco para la creación y el pensamiento.

El planteamiento de la exhibición quiere también aproximarse a nuestro contexto reciente: a la incredulidad y la turbación en que hemos quedado instalados tras la pandemia, su casi una decena de olas y la guerra en Ucrania. Guy Debord habló de un presente sin salida que da vueltas en la noche y muchos han sido quienes, desde la Ilustración, se han referido a los monstruos creados por el sueño de la racionalidad; en cualquier caso esta muestra reivindica que el arte, como lenguaje en sí mismo que escapa a lo común para introducirnos en escenarios no habituales, puede aproximarnos a lo ignoto, a la conciencia de que existen los tiempos difíciles y hay muchas maneras de contemplarlos.

Son treinta los artistas internacionales que integran el recorrido, que se inicia en la Capilla de Colón de la mano de un diálogo entre lo humano y lo animal con ecos goyescos.

El polaco Jakub Julian Ziółkowski exhibe Nocturn or The Sleep of Reason, óleo poblado por criaturas inesperadas: las plantas se fusionan con cuerpos humanos, los órganos internos se expanden más allá de sus cavidades, a los objetos inanimados les brota cabello y los rostros se distorsionan. Lo grotesco domina, así, un mundo temible en el que cabe la sátira hacia ciertos tics de nuestra sociedad, como el narcisismo, la codicia o la búsqueda de un éxito no demasiado bien entendido.

Las esculturas de Giulia Cenci, por su parte, integran una serie llamada territory. Las contemplamos ancladas a las paredes e invadiendo espacios, dando lugar a un entorno inmersivo en color gris antracita. En sus trabajos lo inerte cobra vida, recuperando esa noción del artista como demiurgo; la italiana reemplaza los métodos de fundición industrial por su propia técnica artesanal, ensalzando objetos olvidados en un proceso que recuerda la alquimia.

Giulia Cenci. Serie Territory, 2019
Giulia Cenci. Serie Territory, 2019

En la iglesia grande destaca, por su enorme tamaño, la pieza de Andra Ursuta Stoner, que se presenta dentro de una gran jaula que ocupa toda la parte central del antiguo templo. Se compone de una máquina de lanzar bolas de béisbol que las dispara rápido contra una pared, haciendo mucho ruido. Esas pelotas no hablan de deporte, sino de lapidación, tortura y rechazo, en contraste con otra obra de la misma autora rumana en la exhibición, Doppel Chain Ganger, en la que empleó materiales nobles como el lienzo y el terciopelo sobre contrachapado frente a una radiografía de un cuerpo esclavizado.

Contemplaremos, asimismo, el trabajo de Roberto Cuoghi Senza titolo (2004), en el que el autorretrato fue su punto de partida conceptual y material para esbozar modificaciones y multiplicidades de su propia identidad. Se valió de una compleja técnica basada en la superposición de superficies de materiales heterogéneos, como el grafito, el carboncillo, la pintura en aerosol, el esmalte, la tinta, el cartón, el papel de seda, etc. Esa imagen pertenece a su serie Quadri Neri, en la que figuras perturbadoras nacen de un sustrato oscuro de materia y representan nuestros malos sueños, la locura y lo macabro, que alteran nuestra perspectiva normal de lo real.

Al CAAC también ha llegado Heraclitus Head, una escultura de vidrio de los portugueses João Maria Gusmão y Pedro Paiva. Se trata de una pieza suspendida a medio camino entre la realidad y el artificio, reproduciendo una misteriosa máscara tribal supuestamente descubierta por el dúo durante un falso viaje a África: el rostro de Heráclito, un icono occidental fuera de contexto en un país africano.

En la antigua Sacristía del Monasterio, donde en su día estuvo el cuadro de Zurbarán Virgen de las Cuevas, encontraremos tres obras dialogando sobre la ausencia: La femme sans tête, una de las esculturas en las que Berlinde De Bruyckere ha estudiado el dolor en su relación con el cuerpo, la memoria, el arte o la mitología; Untitled, de Trisha Donnelly, una fotografía en blanco y negro en la que una mano ataviada con un guante de piel sujeta el otro guante, vacío, estableciendo una conexión interrumpida con la mano ausente, y Hair Necklace de Mona Hatoum, un busto que evoca los de los escaparates de las joyerías pero cuyo collar está elaborado con cabello humano.

Mona Hatoum. Hair Necklace, 1995
Mona Hatoum. Hair Necklace, 1995

Tras atravesar el Claustrillo Mudéjar, una nueva sección de la exposición planteará el análisis del mundo contemporáneo desde una perspectiva crítica. Commerce Exterieur Mondial Sentimental, cuya autora vuelve a ser Andra Ursuţa, es una escultura de mármol de tamaño natural que representa a una mujer con la cabeza cubierta por un velo y vestida con una larga túnica. La rumana se inspiró aquí en una fotografía de prensa que mostraba a una gitana esperando a ser deportada de Francia en 2011 y su pieza se adorna con una chaqueta de nailon de tonos vivos: lo que parece una prenda tradicional animada con monedas rumanas nos sorprende al incorporar el logotipo de una marca de ropa deportiva muy conocida en la espalda.

De Marine Hugonnier contemplaremos tres vídeos: Travelling Amazonia, película rodada en la Transamazónica, una carretera que atraviesa la selva y cuya construcción impulsó la aparición de industrias dedicadas a la extracción de recursos naturales; Ariana (2003), sobre la historia de un equipo de rodaje que planea sin éxito filmar el valle de Panshir, en Afganistán, y The Last Tour, en torno al último vuelo en globo sobre el parque de Matterhorn, en los Alpes suizos, y la posibilidad de pervivencia de los espacios vírgenes.

Susan Philipsz, por su parte, muestra la instalación sonora There is Nothing Left Here, una grabación de su voz cantando a capela las palabras tristes de esa canción de Bonnie Prince Billy; en el CAAC podremos explorar de nuevo, gracias a la escocesa, la posible fisicidad de la música y su relación con el entorno.

Y en el Claustrón Norte, dos obras comparten espacio y nos hablan de la noche: In Girum Imus Nocte et Consumimur Igni, de Cerith Wyn Evans, objeto en neón y plexiglás que enlaza la estructura lingüística y el movimiento físico sugerido por su significado, y Viral Research de Charles Ray, instalación en vidrio y metal en la que todos los recipientes de una mesa están llenos de tinta negra que fluye por ósmosis de uno a otro a través de túbulos, atendiendo al principio de los vasos comunicantes. La obra sugiere el riesgo de mancharse con esa tinta, una sensación de inseguridad habitual en la producción del artista.

De inseguridad también trata el vídeo de Sebastián Díaz Morales Lucharemos hasta anular la ley, en el que vemos una multitud cargando contra una puerta cerrada durante una revuelta en los disturbios sociales que estallaron en Argentina hace ahora dos décadas. Una manifestación de vendedores ambulantes rechazaba una ley que les impediría trabajar en las calles, pero su marcha se ha alterado con un filtro que hace que la filmación parezca una viñeta dibujada con tiza en una pizarra y la impregna de misterio.

9/12 Frontpage, del alemán Hans-Peter Feldmann, está formada por las portadas de más de un centenar de periódicos de todo el mundo que se publicaron el 12 de septiembre de 2001, tras el atentado contra las Torres Gemelas: nos sirven para reflexionar sobre la relación entre la realidad y su representación en los medios y sobre las semejanzas y diferencias en los tratamientos de la información elegidos por los periodistas, y del dúo Claire Fontaine podremos ver Ucciso innocente, obra realizada en una placa blanca, con neón blanco, cables y transformadores, que recoge con exactitud las palabras de la placa conmemorativa del anarquista Giuseppe Pinelli, fallecido en 1969 en los locales de la Jefatura de Policía de Milán y después declarado inocente.

La animación también tiene cabida en “Extraño”: History of the Main Complaint, de William Kentridge, escenifica un viaje al pasado en la vida de Soho Eckstein, un personaje ficticio recurrente en los filmes del sudafricano. Con un madrigal de Monteverdi como banda sonora, se trata de una meditación sobre la compleja Sudáfrica  posterior al apartheid. Rachel Rose, por su parte, expone la videoinstalación Wil-o-Wisp (Moiré installation), que enlaza el recuerdo de la privatización sistemática de las tierras comunales en Inglaterra, la reflexión sobre la saturación visual y asuntos como la brujería, las persecuciones y amenazas presentes en la sociedad rural británica del siglo XVI.

Hacia la mitad del recorrido en el CAAC, nuestro camino se bifurca en dos líneas posibles: la primera recoge obras que indagan sobre el patrimonio histórico y su extrañeza y cuenta con proyectos de Louise Lawler, Liz Glynn, Iman Issa y Bojan Šarčević. De Lawler contemplaremos la serie fotográfica As of yet untitled, que reproduce en cuatro imágenes la escultura de mármol del Gálata moribundo en la sala de un museo, aludiendo al entramado que enlaza los distintos actores del sistema artístico; de Glynn, la escultura Hellenistic Silver Collection, 3rd century B.C. (1981.11.15-22; 1982.11.7-13; 1984.11.3), de la serie Surrogate Objects for the Metropolitan, compuesta por copias de piezas antiguas que el MET de Nueva York devolvió a Italia entre 2006 y 2010; Iman Issa presenta Heritage Studies #1 y Heritage Studies #11, nuevamente esculturas en madera ennegrecida y letras de vinilo que constituyen reinterpretaciones contemporáneas de artefactos históricos y Šarčević ha traído a Sevilla tres piezas en latón, alambre y grafito de extrema fragilidad y aire fantasmal. Su manera de distribuir los objetos alberga connotaciones culturales, sociales y políticas alusivas al constructivismo ruso.

Iman Issa. Heritage Studies, 2015
Iman Issa. Heritage Studies, 2015

La segunda de las bifurcaciones del recorrido se acerca a lo doméstico, el género, la sexualidad y la intimidad. Una sala completa la invade la instalación de Paul McCarthy Bang-Bang Room, un espacio habitable cuyos tabiques están ornamentados con papel pintado. Sugiere calma, pero el espacio empieza a cambiar continuamente al adentrarnos en él: las paredes se mueven y las puertas se abren y cierran violentamente como símbolos del lado oscuro.

En el apartado textil destaca la pieza de Pae White Still, Untitled, gran tapiz en el que representó volutas de humo sobre un fondo negro, apelando tanto al diseño contemporáneo como a la estética de la producción artesanal tradicional, y de Rosemarie Trockel veremos varias obras: dos dibujos en carboncillo dedicados a la mujer y sus roles sociales, un vídeo digital y otra pieza textil cuya estructura compositiva se basa en la repetición de una imagen popular y reconocible: el logotipo de Woolmark.

Nos asomaremos, asimismo, a tres fotografías de Zoe Leonard (Chastity Belt, Gynecological Instruments y Beauty Calibrator no. 2 (Museum of Beauty, Hollywood), que forman parte de una serie de imágenes en blanco y negro que realizó en museos médicos y de historia natural a principios de los noventa: muestran pelucas femeninas, cinturones de castidad, instrumentos ginecológicos o usados en cosmética para medir el rostro, además de modelos anatómicos de cera con las vísceras expuestas para revelar los órganos internos y permitir su estudio. Cuestionando los fines para los que se fabricaron originalmente estos objetos y las poses sugerentes y sexualizadas de los maniquíes, la artista se adentra en la representación del deseo, la muerte y la sexualidad en la esfera clínica.

Veremos también el vídeo de Paul Chan Untitled (after Lacan’s last laugh), inspirado en el marqués de Sade. A partir de una ilustración anónima tomada de un libro de pornografía del siglo XVIII y de subtítulos que contienen palabras y onomatopeyas de naturaleza sexual, el artista atiende al trasfondo filosófico de esos términos, conforme a una traducción sexualizada de las observaciones del psicoanalista Jacques Lacan sobre la relación entre el propio marqués de Sade y Kant.

Culmina el recorrido con una serie de retratos, desde la perspectiva de que quizá no haya mayor extrañeza que el otro. Lynette Yiadom-Boakye nos presenta a hombres y mujeres en cuyas imágenes conjuga recuerdos, bocetos y dibujos. Existen esos personajes en un tiempo y un espacio distinto, al disponerse sobre un fondo oscuro: salvo por la vestimenta y la pose, su contexto espacial es difícil de definir. Optó la británica por plasmar únicamente a individuos de raza negra, desafiando las normas convencionales de la retratística occidental.

Lynette Yiadom-Boakye
Lynette Yiadom-Boakye

De Catherine Opie ha llegado al CAAC Bo, una de las fotos en las que ha buscado analizar la identidad de sus sujetos, atendiendo sobre todo a miembros de la comunidad homosexual a la que ella pertenece; Elizabeth Peyton muestra la acuarela Marcello, aunando la tradición del retrato con imágenes de baja calidad procedentes de revistas del corazón y, por último, la uruguaya Jill Mulleady presenta la pintura Interior, una de sus escenas ligeramente surrealistas con personajes embelesados en una conversación telefónica o en un estado de inconsciencia causado por las drogas. Los rodean objetos siniestros, atmósferas tensas.

Por su lado, la presentación vallisoletana, en el Museo Patio Herreriano, lleva por nombre “Una revelación” y contiene trabajos que prueban cómo el arte posibilita contemplar lo real a partir de posiciones alternativas: sin eludir el presente, ni quizá la crítica política (se han reunido algunas propuestas abiertamente comprometidas), pero sí yendo más allá de los terrenos de la lógica y las lecturas unidireccionales. En muchos  casos, no ha sido voluntad de sus autores lanzar mensajes concretos, sino invitarnos a nosotros a interpretar.

Se inicia esta exhibición llevándonos al campo de la ficción, como puesta en escena o en lo que tiene de interpelación… a lo no ficticio; al fin y al cabo quizá no haya asunto más comunmente frecuentado por los creadores contemporáneos que la relación entre ambas esferas. Abordaron las circunstancias en las que el arte ocurre, y han sido convocados en Valladolid, Luigi Ghirri o Hiroshi Sugimoto, con sus proscenios y caveas, y Philip-Lorca di Corcia o Cindy Sherman, con sus escenografías recreadas.

Para invitarnos a pensar en la importancia de los procesos y juegos perceptivos, luz mediante, se han reunido propuestas de Luisa Lambri, Tauba Auerbach y Thomas Demand. Si las obras de la primera cautivan por su tratamiento sutil de la iluminación, Auerbach estudia patrones que desestabilizan la mirada y las ficciones del alemán evocan lugares reales, en conexión con las de James Casebere, que como el anterior fotografía objetos y paisajes que previamente construye.

El segundo capítulo de la exhibición se centra en la situación de la mujer en nuestro tiempo y en la creación actual. Lo abren puertas de metal de Cady Noland, que comparten sala con las lecturas de la figura femenina de Opie, Shirin Neshat y Zoe Leonard y los cuestionamientos de estereotipos de género de Barbara Kruger, vehementes, o Sarah Lucas, casi lascivos. Rosemary Trockel o Katharina Fritsch quisieron adentrarse en los caminos mayoritariamente masculinos del minimalismo (la primera llevándolo, literalmente, a la cocina) y Babette Mangolte presenta aquí la filmación de un ejercicio de danza de la coreógrafa Trisha Brown. Ambas fueron figuras esenciales del feminismo en los sesenta y los setenta.

"Una revelación". Museo Patio Herreriano
“Una revelación”. Museo Patio Herreriano

Han llegado, asimismo, al Patio Herreriano piezas que se adentran en las nuevas sendas estéticas derivadas de lo digital y de sus tensiones con lo analógico, como las de figuras ya clásicas como Fischli/Weiss o Andrea Zittel o las de autores más jóvenes como Magali Reus, Helen Marten o Katja Novitskova. Resultan especialmente interesantes los objetos que despliega Reus, llamando la atención sobre su condición material, la llamada seducción de la superficie que tanto tiene que ver con una perfección formal ligada a la tecnología.

Por último, la exposición nos sumerge en la indefinición a través de obras de gran formato, esculturas y fotografías, que proyectan imágenes de cuerpos y paisajes en suspenso, perdidos en tierra de nadie. Un vídeo de Kelly Nipper nos presenta una figura cubierta por una máscara que remite con sus movimientos a fenómenos meteorológicos; Mark Manders exhibe un cuerpo a medio hacer, aparentemente por acabar de modelar y de Sharon Lockart contemplaremos el retrato de un muchacho de edad imposible de averiguar por lo ambiguo de sus rasgos.

Encontraremos, además, El cementerio judío de Jeff Wall, una de sus imágenes fundamentales, que hace referencia a la tradición de la pintura occidental desde una temporalidad extraña y Fragment from self-portrait as a building/ Room with Landscape with Fake Ballpoint, de Reinhardt Mucha, compleja composición que contiene un elogio a lo visible en forma de vidrio, uralita o madera.

Además, en el marco de la propia exposición, podrá verse en Abadía Retuerta LeDomaine la instalación de Jeppe Hein Flowing Water; el danés es otro maestro de lo visualmente confuso.

"Una revelación". Museo Patio Herreriano
“Una revelación”. Museo Patio Herreriano

 

"Una revelación". Museo Patio Herreriano
“Una revelación”. Museo Patio Herreriano

 

“Extraño. Colección Sandretto Re Rebaudengo”

CAAC. CENTRO ANDALUZ DE ARTE CONTEMPORÁNEO

Avenida Américo Vespucio, 2

Sevilla

Del 9 de junio al 20 de noviembre de 2022 (Claustrón Norte)

Del 9 de junio de 2022 al 8 de enero de 2023 (Zona Monumental)

 

“Una revelación”. Obras de la Colección Sandretto Re Rebaudengo

MUSEO PATIO HERRERIANO

c/ Jorge Guillén, 6

Valladolid

Del 11 de junio al 1 de noviembre de 2022

 

 

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