Atribuyen a Velázquez una Última Cena copia de un Tintoretto
El monarca Felipe IV envió a Velázquez a Italia para comprar obras originales para los Reales Sitios y vaciados de célebres esculturas, pero también para hacer copias de su mano de obras de grandes maestros, según consta en el testimonio de un coetáneo.
Durante su primer viaje a Italia (1629-1631), el genio sevillano descubrió a los artistas venecianos y se mostró muy interesado por Tintoretto. Sabemos, por Antonio Palomino, de la admiración que profesó Velázquez por El Paraíso del pintor veneciano, y también que copió dos obras suyas: una Crucifixión y una Última Cena, probablemente la que pintó entre 1579 y 1581 para la Scuola Grande di San Rocco. Pero el paradero de las copias se desconocía hasta la fecha.