Byron Kim, Berton, Queequeg y Ulises

Hasta el 19 de febrero, la sala James Cohan de Nueva York presenta “Drawn to water”, una selección de nuevas pinturas de Byron Kim, quien desde mediados de los noventa viene debatiéndose entre lo figurativo y lo abstracto, en amplios campos de color que expresan realidades tanto personales como de cariz más amplio. Le interesa investigar los fenómenos perceptivos, con el mundo natural o el cuerpo humano como sujetos primarios.

Las obras que forman parte de esta exposición pertenecen a una nueva serie titulada B.Q.O., abreviatura de Berton, Queequeg y Ulises, tres personajes clave de cuentos oceánicos célebres: Solaris de Stanisław Lem, Moby Dick de Herman Melville y La Odisea de Homero. Kim las inició mientras releía esos relatos para estimular su imaginación, durante una residencia en Captiva Island, en Florida, en enero de 2020.

Encontramos en estos trabajos reflejos de experiencias de lo sublime, dado el carácter liberador o abrumador del agua. Cada una de las pinturas consta de tres paneles, que representan distintas zonas visuales: el panel inferior captura vistas desde el agua; el central, la misma superficie de esta y sus reflejos, y el superior el cielo. Kim halla en estas imágenes segmentadas analogías con la estructura del cuerpo humano y la mente, llegando a preguntarse si alcanzamos estados de trascendencia gracias o a pesar de la carne; en cualquier caso, en conjunto, generan en la galería una sensación de inmersión en la naturaleza.

Al llevar a cabo estas piezas, observó el artista el océano directamente, pero también con imaginación, por eso sugieren sensaciones entre la tristeza, la curación y el miedo. Encontró en la contemplación de la naturaleza poderes curativos durante la pandemia, pero también encarnan sus mares las amenazas del cambio climático y las ansiedades contemporáneas, que no hacen sino intensificar el espíritu del océano simbolizado en los citados cuentos literarios icónicos.

A lo largo de su carrera, el californiano ha investigado las relaciones entre las partes y el todo como forma de entender los vínculos interpersonales y el universo mismo. Entre sus proyectos más celebrados hasta ahora, destaca Synecdoche, que pudo verse en la Bienal de Whitney de 1993: se trata de cientos de paneles monocromáticos cuyos tonos coinciden con el color de piel de diversos individuos. Por su parte, en sus Pinturas dominicales, en las que ha trabajado todas las semanas desde 2001, registra la aparición del cielo junto con una entrada de su diario, yuxtaponiendo lo cosmológico a lo cotidiano.

Con B.Q.O. se ha embarcado, por tanto, en un nuevo cuerpo de trabajo que fundamenta la abstracción en la experiencia física del mundo que nos rodea, entrelazando su perspectiva personal como observador con las fuerzas elementales de la naturaleza.

Byron Kim. "Drawn to Water". James Cohan
Byron Kim. “Drawn to Water”. James Cohan

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