De héroes, heroínas y virtudes

El Gardner Museum explora las narrativas de Botticelli

Boston,

Isabella Stewart Gardner, heredera de la fortuna que su padre pudo amasar a partir de la importación de hilo de Irlanda y de sus inversiones en minas de cobre del medio Oeste estadounidense, decidió tras sus viajes en la década de 1870 por Europa y Asia (Venecia era su destino favorito) que el arte era una necesidad fundamental americana para hacer país y que debía poner en marcha un museo, en Boston, que terminaría convirtiéndose en el trabajo (y la pasión) de su vida.

Los 1,6 millones que recibió a la muerte de su progenitor los invirtió fundamentalmente en pintura, italiana y española, con especial atención a la etapa renacentista. Bernard Berenson, entonces un joven historiador del arte, fue su asesor y aquel centro, llamado en principio Fenwauy Court, se abrió al público en 1903, justo el día de Año Nuevo. Con su inauguración no terminaron las compras de Gardner: sus continuas adquisiciones hicieron necesaria la apertura de galerías nuevas y, además, a su muerte, Isabella dotó a su museo de 1,2 millones de dólares (y estipuló que las piezas debían exhibirse tal y como ella las había dispuesto). Y no solo coleccionó, también patrocinó: artistas, escritores y músicos acudieron allí para participar en residencias o conciertos.

Una de las compras más tempranas de Gardner, previa a la apertura del centro, fue la de las primeras obras de Botticelli que pudieron verse en Estados Unidos: en 1894 se hizo con La historia de Lucrecia, centro de la muestra “Botticelli: Heroines + Heroes” que ayer se abrió al público en el museo que lleva su nombre en Boston y que nos recuerda cómo el autor de El nacimiento de Venus transformó las antiguas historias clásicas de poder, lujuria, traición y violencia en parábolas del Renacimiento.

Botticelli. La historia de Lucrecia , 1496-1504. Isabella Stewart Gardner Museum, Boston
Botticelli. La historia de Lucrecia, 1496-1504. Isabella Stewart Gardner Museum, Boston

La historia de Lucrecia se exhibirá junto a La historia de Virginia, la otra pintura que Botticelli realizó a fines del siglo XV y principios del XVI para el palacio de la familia Vespucci en Florencia. Esta última ha sido prestada por la Accademia Carrara de Bérgamo y, junto a otros trabajos llegados de diversos centros y colecciones europeos y americanos, nos invitará a acercarnos a su producción desde enfoques actuales: buscando asuntos vigentes en su tiempo y en el nuestro. Tanto Virginia como Lucrecia llevaron en su momento vidas virtuosas que tuvieron fines trágicos, en ambos casos con consecuencias políticas de largo alcance: el suicidio de Lucrecia llevó al establecimiento de Roma como una república y la muerte de Virginia la restauró tras el dominio de los decenviros.

Boticelli. La historia de Virginia, hacia 1500. Accademia Carrara, Bérgamo
Boticelli. La historia de Virginia, hacia 1500. Accademia Carrara, Bérgamo

A la luz de las pinturas de Botticelli, podremos plantearnos si Lucrecia y Virginia son ejemplos de fuerza y heroísmo femeninos o si sus historias (legendarias) solo ilustran dos episodios de agresiones masculinas de la eterna serie de ellas presente en siglos de injusticia contra las mujeres, pero sobre todo podremos redescubrir el enorme potencial del artista como narrador, deseado por los más cultos burgueses, ávidos de atesorar obras de originalísimos enfoques.

En cada una de las pinturas presentes en esta exhibición, Botticelli actualizó relatos de héroes y heroínas clásicos con fines e interpretaciones patrióticas y políticas: transformó a muchas mujeres y varios hombres en modelos para la élite florentina. Y con el objeto de acercarlos aún más a nuestro tiempo, veremos así mismo en Boston caricaturas del novelista gráfico Karl Stevens que permitirán a un público joven adentrarse en parábolas políticas y morales con evidentes resonancias contemporáneas, pero insuficientemente conocidas hoy.

Las tiras de cómics de Stevens destacan los momentos seminales de esos dramas y buscan dar voz (actual, claro) a las heroínas desafortunadas de violentos episodios del imaginario colectivo de los antiguos.

Otra serie de obras de la exposición están dedicadas a san Zenobio y han llegado desde la National Gallery de Londres y el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. El formato de la mayoría de las piezas es el de spalliera, por lo que el montaje permite al público experimentar con la altura de las obras, sentirlas domésticas y cercanas: se han colgado a la altura de los hombros de personas de estatura media, pero en lugar de ser fijas, esas alturas varían levemente. Con una intención: como muchos de los muebles de los que formaron parte y en los que se insertaron o sobre los que se dispusieron, fueron realizadas a medida del comitente.

Botticelli. Cuatro escenas de la infancia de Zenobio, hacia 1500. National Gallery, Londres
Botticelli. Cuatro escenas de la infancia de Zenobio, hacia 1500. National Gallery, Londres

 

 

 

“Botticelli: Heroines + Heroes”

ISABELLA STEWART GARDNER MUSEUM

25 Evans Way

Boston

Del 14 de febrero al 19 de mayo de 2019

 

 

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