Delicadeza inquietante: Beuys en sus dibujos

Kupferstich-Kabinett exhibe obra gráfica del artista en su centenario

Dresde,

El pasado mayo se cumplieron cien años del nacimiento en Krefeld, en el Bajo Rin, de Joseph Beuys, el artista que trascendió su formación académica para hacer de las ciencias naturales y la religión asuntos fundamentales en su trayectoria. Su obra está indisociablemente ligada a su pensamiento y a su mirada plural del mundo: confiaba profundamente en el ser humano y suya es la frase “todo hombre es un artista”; consideraba que la capacidad de acceder al arte sin “explicaciones” previas es una cualidad que cualquiera posee. Asimismo, cuestionó la educación oficial, reivindicó la importancia de la conversación como parte del pensamiento y defendió a ultranza la conservación del medio ambiente.

Profesor en la Academia de Arte de Düsseldorf e intelectual políticamente activo, su trabajo se focalizó en la performance y el arte de acción e involucró, es sabido, a seres vivos y muertos, pero tuvo también desarrollo sobre el papel. Coincidiendo con esa conmemoración, su familia ha prestado al Kupferstich-Kabinett de la Staatliche Kunstsammlungen Dresden (SKD) 85 dibujos que lo testimonian; pueden verse hasta octubre en la exposición “Para el cumpleaños de Beuys/ Línea a línea, hoja a hoja”, que repasa su producción gráfica durante cinco décadas.

Joseph Beuys. Sin título
Joseph Beuys. Sin título

Estas imágenes tienen en común su sutilidad, una delicadeza particular y también un intimismo que llegar a ser, sobre todo en el caso de las representaciones humanas, altamente inquietante. No son complementarias a sus performances más celebradas sino que forman parte de su núcleo fundamental de trabajo: desplegó en ellas sus líneas de pensamiento versátiles y contrarias a todo elitismo, a menudo a lápiz pero también en acuarelas, óleos o collages en los que incorporó elementos que encontraba en el campo, como pétalos de flor o ramas. Dresde nos da, así, la oportunidad de descubrir en Beuys a un dibujante ingenioso, expresivo y en ocasiones clásico que abordó en este soporte la misma variedad de asuntos presente en sus acciones.

Dos grandes bloques estructuran la muestra, centrados en lo fluido y lo compacto, y a partir de ellos el recorrido se vertebra en cuatro áreas: plantas, animales, paisajes y personas. A las primeras se dedica el grupo de dibujos más numeroso, pero destaca la calidad de sus retratos de individuos y fauna y los papeles preliminares de sus series Suite Circulation Time y Suite Tears, datadas en los ochenta y expuestas ahora por primera vez. Encontraremos también obras dedicadas a montañas en las que plasmó líneas sismográficas y un último grupo de trabajos que tiene como eje la plástica misma, tema central de buena parte de los dibujos de Beuys. La mayor parte de estas obras, hay que subrayar, las creó en su entorno familiar y nunca hasta ahora habían salido de él.

La estrecha relación que mantuvo este autor, culto y sensible, con la tradición pictórica europea se hace evidente a la luz de la contemplación de estas piezas junto a los ricos fondos del Kupferstich-Kabinett: se ha favorecido su diálogo con maestros antiguos como Martin Schongauer, Alberto Durero, Hércules Segers, Jan van Goyen, Rembrandt o Maria Sibylla Merian y, para la ocasión, el Albertinum ha cedido igualmente el Hagen Torso de Wilhelm Lehmbruck. No se pretende, suscitando esas relaciones, apuntar a una clasificación normativa de Beuys en términos historiográficos, sino favorecer nexos abiertos y sensuales entre pasado y presente en cuanto a cuestiones vinculadas a la percepción, la imagen del hombre y la empatía.

Joseph Beuys. Sin título, 1959
Joseph Beuys. Sin título, 1959
Joseph Beuys. Sin título
Joseph Beuys. Sin título

 

 

“Para el cumpleaños de Beuys/ Línea a línea, hoja a hoja”

KUPFERSTICH-KABINETT

Residenzschloss

Taschenberg 2

Dresde

Del 23 de julio al 17 de octubre de 2021

 

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