Berruguete, hijo del Laocoonte

El Museo Nacional de Escultura explora sus fuentes de inspiración paganas

Valladolid,
Alonso de Berruguete. San Sebastián en el Retablo de San Benito el Real
Alonso de Berruguete. San Sebastián. Retablo de San Benito el Real

Lo advertía el también pintor José Moreno Villa: Alonso de Berruguete no es hijo de Pedro Berruguete (que también), sino del Laocoonte. El artista de Paredes de Nava viajó a Italia para conocer de primera mano la cuna del Renacimiento y se empapó de la obra de Miguel Ángel, Donatello, Leonardo da Vinci, Sansovino y Lippi, pero también admiró el arte clásico. Es posible que, sin el provecho que obtuvo en aquellos recorridos italianos, fuera menor el dramatismo y el realismo de sus imágenes, dominadas por la espiritualidad y por un efectismo que, sí, no es difícil que evoque el helenismo.

El Museo Nacional de Escultura de Valladolid, que posee la mayor colección de obras del artista, presentará este verano y hasta noviembre una selección de setenta esculturas, pinturas, grabados y dibujos en una exhibición comisariada por su subdirector, Manuel Arias Martínez, que además de obras del museo vallisoletano  presenta otras procedentes del Museo del Prado, el Arqueológico Nacional, el Frederic Marés de Barcelona, la Galería Uffizi de Florencia, la Biblioteca Nacional, el Archivo de la Real Chancillería, la Biblioteca Histórica de Santa Cruz (Universidad de Valladolid), los museos Catedralicio del Burgo de Osma y Diocesano de Palencia, las iglesias de Santiago Apóstol de Valladolid y Fuentes de Nava (Palencia), el Palacio Real de Madrid y las colecciones Gregorio Marañón, Furió y BBVA.

Una veintena de ellas pertenecen a Berruguete; el resto nos permitirán confrontar su producción con piezas clásicas que pudieron inspirarle o que contextualizarán su trabajo en la etapa en que comenzaban a calar en España los principios estéticos renacentistas.

La exhibición se estructurará en cinco secciones (La luz de la Antigüedad en Roma, Sarcófagos y lecciones, Bajo el influjo del Laocoonte, Tomando el agua de la fuente y A la sombra de una gran venera) y reivindicará además al artista por sus facetas menos conocidas, al margen de la de escultor: se mostrarán pinturas y dibujos y también se subrayará el buen uso de recursos arquitectónicos en unas y otras piezas.

Entre las obras maestras imprescindibles que formarán parte de la exhibición destacan dos de la colección del propio Museo de Escultura vallisoletano: una bella Adoración de los Magos manierista, inserta en un retablo en el que destaca por el virtuosismo en el manejo de las figuras sobre el vacío y en la profusión de elementos que presenta sobre un mínimo espacio, y la escultura de San Sebastián del Retablo de San Benito, que lo representa en el momento de su primer martirio tras convertirse al cristianismo.

Alonso Berruguete formó parte, junto con Diego de Siloé y Bartolomé Ordóñez, del grupo de las “águilas del Renacimiento español”. Formados en Italia, regresarán a España hacia la segunda década de 1500 trayendo consigo lo asimilado allí y contribuyendo a la renovación de la escultura del momento.

A pesar de que el primer foco dónde se desarrolle esta etapa del nuevo lenguaje lo constituya Burgos, fue Valladolid la ciudad más representativa en el desarrollo de la escultura castellana renacentista (con Alonso Berruguete como principal artífice y, años después, con Juan de Juni) tras la ausencia de Siloé en Burgos y la muerte prematura del joven Bartolomé Ordóñez.

En líneas generales, el estilo predominante de esta nueva tendencia escultórica derivará hacia fórmulas dramáticas aprendidas del estudio de la obra de artistas italianos, aunque interpretadas de distinta forma en cada uno de los casos, siendo el más experimental de los tres Berruguete. Su escultura ha estado siempre asociada a una temática religiosa, pero su relación con las fuentes paganas nos ayuda a entender el Renacimiento como un periodo de diálogo y permeabilidad entre dos culturas.

 

“Hijo del Laocoonte. Alonso Berruguete y la Antigüedad pagana”

MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA

c/ Cadenas de San Gregorio

47011 Valladolid

Del 5 de julio al 5 de noviembre de 2017

 

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