Finaliza sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia en 1977. Tras unos comienzos expresionistas evoluciona hacia una pintura prácticamente abstracta con resonancias figurativas que parte de un motivo concreto: el paisaje marítimo y romántico de los naufragios o los viajes míticos. Desde que en 1987 se instala en Nueva York, sus lienzos quedan definidos de manera precisa por trazos, líneas y contornos. Dentro siempre de un cierto orden, su pintura combina el lirismo y la fuerza del expresionismo. Hacia 1993 sus obras toman como referencia el trabajo de Mondrian y el paisaje urbano de Manhattan, así como la pintura norteamericana. Actualmente su obra se caracteriza por el empleo de bandas paralelas de anchos brochazos que recorren la superficie de la tela con enorme delicadeza, cualidad que se repite en la manera de superponer las capas diluidas de materia junto con un soberbio manejo del color. En 1996, el IVAM de Valencia le dedica la primera retrospectiva a su obra y en 2002, se le concede el Premio Nacional de Artes Plásticas.