Irazu, Pello
San Sebastián, 1963 Escultor español.
Estudia en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao (1981-1986).
Sus primeras pinturas con objetos adheridos le condujeron hacia la escultura, medio que concibe desde un enfoque extremadamente abierto, pues se sirve de formatos, dispositivos y materiales muy diversos y emplea en sus proyectos el dibujo o la pintura mural. Utiliza el hierro y la madera y sus piezas se caracterizan por una personal utilización del color, que aplica directamente sobre ellas, rechazando el acabado industrial de las obras y las dota de una resaltable dimensión pictórica.
Las esculturas de Irazu se sitúan entre el arte conceptual y el constructivismo y su tamaño oscila entre el muy grande y el muy pequeño, la materia y la imagen, la tridimensionalidad y la planitud. En un principio se dejó influir por Jorge Oteiza, en cuanto a tratamiento de los materiales y del espacio, más adelante iría configurando un lenguaje ecléctico y personal a la hora de abordar temas como la idea de hábitat y de lo cotidiano o las posibilidades que ofrece la representación espacial.
Su nombre se cita a menudo entre los de la generación de artistas que en los ochenta se esforzaron por renovar la escultura en nuestro país junto a los de Ángel Badós o Txomin Badiola.