Basterretxea, Néstor
Bermeo (Vizcaya), 1924 – Fuenterrabía (Guipúzcoa), 2014
Escultor, pintor y director de cine español.
Debido al estallido de la Guerra Civil en 1936 se exilia con su familia a Francia y de allí toma rumbo hacia Argentina, instalándose en 1942 en Buenos Aires, donde desarrolla como primera actividad artística el dibujo publicitario. En 1952 regresa a España y se instala en Madrid, ganando ese mismo año el concurso para la realización de la decoración mural de la Basílica de Aránzazu en Oñate (Guipúzcoa), pero que comenzados los trabajos en 1952 serán interrumpidos por problemas políticos hasta 1982. Ha participado como artista fundador de dos grupos artísticos importantes dentro del panorama español: en 1957 del Equipo 57, junto a Juan Cuenca, Ibarrola, Oteiza, etc, y en 1966 del grupo Gaur, junto a Oteiza y Chillida, entre otros. En 1958 se traslada a vivir a Irún y desde ese momento su actividad principal será la escultura, actividad por la que es más conocido, superando su etapa pictórica por la realidad volumétrica y espacial.
Hay que señalar que Basterretxea también se ha dedicado a la cerámica, la tapicería, la fotografía, al diseño industrial y especialmente al cine, realizando varios cortometrajes y un largometraje: Ama Lur (Tierra Madre), siendo nombrado en 1978 Presidente del Festival de Cine de San Sebastián. Sus primeras obras se encuentran dentro del constructivismo, construyéndose la pieza por la acumulación de formas geométricas o irregulares entorno a un eje. A partir de 1972 evoluciona hacia un expresionismo abstracto, llenándose sus esculturas de referencias de la mitología y creencias populares del acerbo cultural del pueblo vasco, como queda de manifiesto en la serie Cosmogónica Vasca. En las piezas de los últimos años utiliza sobre todo el “collage” en composiciones dominadas por la abstracción. Entre sus obras monumentales destaca la realización del Salón de Sesiones del Parlamento Vasco en 1984. Basterretxea estableció su residencia definitiva en Fuenterrabía, en el caserío Idurmendieta, donde se pueden contemplar muchas de sus mejores obras, que fueron ofrecidas por el propio artista como pago a Hacienda en 1992, siendo el primer caso dentro del panorama fiscal español en el que se aceptó el pago de impuestos por medio de obras de arte.