Almudena Lanceolada: iconografía biológica

La artista presenta su tercera individual en Galería Silvestre

Madrid,

Almudela Lanceolada (antes Almudena Fernández Ortega), artista sevillana habitual en la programación expositiva de la Galería Silvestre desde hace cinco años, viene plasmando en su pintura, muy expresiva, habitualmente en tonos vivos y con conexiones narrativas, experiencias biográficas relativas a los años en que vivió en la Sierra de Aracena y la Sierra Norte de Sevilla, donde su padre trabajaba como apicultor y minero. Suele bucear en sus composiciones en ese pasado familiar, que le sirve para reflexionar sobre las relaciones entre el paisaje y la memoria y sobre el modo en que el paso del tiempo, pero también nuestros recuerdos sometidos a su transcurso, transforman lugares. Se fija en elementos concretos de la naturaleza para repensarlos y modificarlos, convirtiendo sus imágenes en relatos vitales que tienen lo anecdótico como punto de partida y en los que también caben la imaginación y el sueño.

Las muestras individuales que hasta ahora ha presentado en Silvestre, “Caramelo de limón – El sol de mi país” y “El bautizo del monstruo”, eran el fruto de una contemplación lenta de la naturaleza prestando atención a lo inesperado en nuestro encuentro con ella: la primera sugería que el ejercicio de la pintura puede tener semejanzas con una mañana en la playa o un paseo por el bosque si estamos abiertos a lo impredecible; la segunda, escapando parcialmente a las notas comunes de su trabajo, remitía a un paisaje próximo pero no a un tiempo que le fuera cercano; aludía al episodio concreto de un bautizo civil y colectivo celebrado el 14 de junio de 1936 en el pueblo onubense de La Nava, en el que a seis críos tocados por el agua del río Múrtiga se les impusieron los nombres (que serían efímeros) de Lenin, Libertario, Límber, Pasión, Redención y Sipenia. Sin embargo, sus pinturas no mostraban aquella celebración, sino los lugares por donde pudo pasar la comitiva: los animales, casas y bosques que los asistentes pudieron ver, enlazándolos con la naturaleza que la artista conoció cuando vivió en esa zona.

Almudena Lanceolada. Calabaza decorada, 2023
Almudena Lanceolada. Calabaza decorada, 2023

Tras participar en numerosas muestras en Andalucía y en ferias madrileñas, Lanceolada regresa el próximo día 28 a su galería madrileña para presentar “Abeja carpintera”, un recorrido por parajes naturales cercanos que tiene algo de onírico y en el que apreciaremos que sus telas buscan acercarse cada vez más a lo esencial, mediante formas geométricas u orgánicas sencillas y tonos pastel, que en sus trabajos recientes parecen ir ganando la partida a los más vibrantes. Podemos entender estos lienzos como bodegones ambientales que remiten a los ciclos naturales y que, aunque presenten una clara iconografía biológica, se aproximan a la abstracción por la planitud y el carácter sintético de las pinceladas.

Imagina o recuerda la autora la apariencia dada a un ruiseñor a partir de su canto continuo (grande como una paloma, de muchos colores y con caracoles debajo de las alas); una abeja carpintera que se posa en un jardín especial, en el que crecen tréboles de cuatro hojas y una niña le ofrece flores exóticas; un lagarto de azúcar en cuyas escamas habita un ácaro amigo de esa abeja o un gato al que, al dormir, le brotan pensamientos como flores en la cabeza. Ritmos propios.

Almudena Lanceolada. Protea, 2023
Almudena Lanceolada. Protea, 2023
Almudena Lanceolada. Despierto, 2023
Almudena Lanceolada. Despierto, 2023
Almudena Lanceolada. Ruiseñor, 2023
Almudena Lanceolada. Ruiseñor, 2023

 

 

Almudena Lancelada. “Abeja carpintera”

GALERÍA SILVESTRE

c/ Doctor Fourquet, 21

Madrid

Del 28 de enero al 18 de marzo de 2023

 

Comentarios