Fallecido en París en 1993, fue uno de los escultores españoles del siglo XX más reconocidos internacionalmente
Zamora celebró ayer el centenario del nacimiento de Baltasar Lobo, escultor nacido en la localidad de Cerecinos de Campos que triunfó más internacionalmente que en España tras su exilio en París a raíz de la Guerra Civil. En la capital francesa, Lobo mantuvo una estrecha amistad con Picasso y fue discípulo del también escultor Henri Laurens, fallecido en 1954.
La hermana del artista, Visitación Lobo, ha reivindicado la figura de su hermano y ha pedido una mayor difusión de su producción en España, dado que su obra sigue siendo aún hoy más conocida en Francia, Dinamarca, Suecia, Alemania, Suiza o Luxemburgo que en nuestro país.
En vida, Baltasar Lobo expuso en Tokio, Amberes, Estocolmo, París, Amberes o Zurich y recibió distinciones como el Premio André Susse de Escultura (1958), el Premio Oficial de las Artes y las Letras de Francia (1981), el Premio Nacional de Artes Plásticas español (1984) o la Ordén Andrés Bello del Gobierno de Venezuela (1989). (Hay que recordar que la Universidad Central de Caracas le encargó la realización de un monumento). En la pasada edición de ARCO, el escultor zamorano fue el artista castellano leonés más cotizado.
En Cerecinos de Campos se le dedicó ayer una ofrenda floral y se descubrió una placa conmemorativa y, en Zamora capital, el Centro de Arte Contemporáneo Baltasar Lobo abrió ayer sus puertas excepcionalmente al ser lunes. Por iniciativa de Caja Duero, sus trabajos se han mostrado ya en las calles de varias ciudades españolas, como Almería, Huelva, Málaga, Madrid o Valladolid.
Baltasar Lobo
Madre y niño, 1980
Baltasar Lobo
Torso, 1958
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Hilos tridimensionales. Las Palmas de Gran Canaria, hasta el 10/02/02