Zaha Hadid contra la ortodoxia

Ivorypress exhibe desde septiembre pinturas, dibujos, esculturas, instalaciones, mobiliario y objetos diseñados por la arquitecta iraní

“Lo que realmente resulta inspirador e intrigante de la obra de Zaha Hadid es la imaginación, la capacidad inventiva y la insaciable expresión de curiosidad y creatividad”. Así se refiere a la completa producción de la arquitecta anglobritánica Kenny Schachter, comisario de la exhibición “Zaha Hadid. Beyond Boundaries, Art and Design”, que podrá verse desde el 4 de septiembre en Ivorypress Art + Books.

Su estética, absolutamente antitradicional, sigue la estela de las figuras visionarias de Frederik Kiesler y plantea una visión del mundo poco ortodoxa, fundiendo características de arte, diseño y arquitectura para explorar los límites estéticos entre estos campos mediante procedimientos muy variados.

Emplea volúmenes livianos, formas puntiagudas y angulosas y juegos de luz y cuida con esmero la integración de sus edificios con el paisaje circundante.

Premiada en 2003 con el prestigioso galardón Mies van der Rohe y en 2004 con el Pritzker, Hadid es autora de espacios de desarrollo fluido y complejo como el MAXXI, National Museum of 21st Century Arts en Roma o el London Aquatics Centre para los Juegos Olímpicos de 2012, el Guangzhou Opera House en China o el intercambiador Hoenheim Nord Terminus en Estrasburgo. Su proyecto para la Biblioteca de la Universidad de Sevilla se quedó en camino por cuestiones legales.

En la vanguardia de la arquitectura desde los comienzos de su carrera, Zaha Hadid se dio a conocer con proyectos de inspiración constructivista que mostraban sus grandes dotes para la expresión gráfica y que consolidaron internacionalmente su nombre.

 

La Architectural Association, donde se tituló en 1977, fue su escuela; y Rem Koolhaas, su maestro. Los museos de Arte Moderno de Nueva York y San Francisco o el de Arquitectura de Francfort han incorporado a sus colecciones los característicos dibujos, pinturas y collages de Zaha Hadid.

 

En 1998 y con una exposición en el MoMA de Nueva York, Philip Johnson y Mark Wigley presentaron ante el mundo la arquitectura deconstructiva, una nueva sensibilidad fracturada que tenía como referente filosófico a Jacques Derrida y que cristalizaba en los proyectos de Coop Himmelblau, Peter Eisenman, Frank Gehry, Rem Koolhaas, Daniel Libeskind, Bernard Tschumi y Zaha Hadid.

 

Publicados en revistas de todo el mundo, muy pocos de sus proyectos se hacían realidad por entonces; sólo en obras de escala pequeña -como el restaurante Moonsoon de Sapporo (1990) o la estación de bomberos en Weil am Rhein (1993)- y ocasionalmente mediana -viviendas para la IBA de Berlín (1993)- se materializaban las dinámicas líneas inclinadas y los vigorosos planos cruzados o superpuestos de sus dibujos, tan líricos y expresivos como los de los arquitectos de la vanguardia rusa.

Desde su estudio londinense, Zaha Hadid Architects, la iraní traslada ese mismo planteamiento creativo a bolsos, cuberterías, joyas, objetos de decoración o piezas de mobiliario, como la Z-Chair o la mesa Liquid Glacial. Estas últimas piezas, junto con una amplia selección de instalaciones, maquetas, pinturas, dibujos, muebles y objetos domésticos, conformarán la exposición de Ivorypress, que plantea una visión de estructura horizontal, según la cual un edificio se ve con la misma luz y se le confiere tanta importancia como a una cuchara. Actualmente Hadid está trabajando en la renovación y reestructuración de Zorrozaurre, un barrio de Bilbao que convertirá en isla.