Yves Klein y su poder sobre el vacío

El Hirshhorn Museum de Washington presentará en mayo la primera retrospectiva del artista en Norteamérica en los últimos treinta años

Del 20 de mayo al 12 de septiembre de 2010, en el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington

Obras: cerca de 200

Comisarios: Kerry Brougher, comisario jefe del Hirshhorn Museum y Phillipe Vergne, director del Dia Art Foundation

Organizan: Hirshhorn Museum and Sculpture Garden y Walker Art Center

Todas las grandes series de Klein estarán representadas en el Hirshhorn, desde sus icónicos trabajos de monocromía en azul hasta sus relieves esponjosos, pasando por sus Antropometrías, cosmogonías y pinturas de fuego. Incluirá además bocetos, fotografías, cartas, escritos y diversos films que documentan el proceso creativo del artista. Como señala el comisario Vergne, el objetivo final de la exposición es animar al público a dejar atrás su noción preconcebida del arte y de la representación para cuestionarse el papel de la materialidad y del materialismo tanto en el arte como en la vida.

Los trabajos seleccionados para la ocasión han sido cedidos por los propios archivos de Yves Klein, el Centre Pompidou de París, el Kunstmuseen Krefeld, la Menil Collection de Houston, el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio, el San Francisco Museum of Modern Art y varias colecciones privadas internacionales.

A través de medios tan diversos como la pintura, la escultura, la performance, la música, la fotografía o la escritura y de sus variados proyectos en el teatro, el cine y la danza, Yves Klein buscó dar primacía a lo inmaterial en el arte y resucitar las tendencias de vanguardia tras la fatiga creativa causada por la II Guerra Mundial, inyectándolas un innovador sentido de la espiritualidad a través del color puro, en su caso, del azul ultramarino que él mismo inventó y que lleva su nombre. En la década de los cincuenta incorporaría a sus trabajos la esponja con intención metafórica, dado que su superficie porosa absorbe completamente el color azul Klein, esencia inmaterial a la que da presencia física.

También a finales de esa misma década, y más extensamente en la de los sesenta, el artista comenzó a utilizar el fuego como parte de su práctica de trabajo, considerándolo principio universal de expresión. Lo empleó en sustitución de la pintura o combinándolo con ella, como símbolo de transformación, creación y destrucción, conceptos fundamentales a lo largo de su carrera. Al fuego, y también al aire y al agua, se asocian sus planos de espacios arquitectónicos, encaminados a repensar el mundo en términos espirituales y estéticos.

El título de la muestra hace alusión a una de las obras más conocidas de Klein, el famoso Salto al vacío (1960) cuya imagen publicaron Harry Shunk y Janos Kender el 27 de noviembre de ese año en el periódico Dimanche. Representa al propio Klein saltando en el espacio y llevando sus máximas artísticas hasta sus últimas consecuencias: entendía que para pintar el espacio debía haber podido sumergirse previamente en él.

Yves Klein

Salto al vacío, 1960