Yona Friedman. Galería Elba Benítez
La Galería Elba Benítez estudia la producción del arquitecto y teórico húngaro
“Yona Friedman”
GALERÍA ELBA BENÍTEZ
c/ San Lorenzo, 11 (patio interior)
28004 Madrid
Desde el 24 de abril de 2013
Sus teorías han influido en numerosos arquitectos y urbanistas desde los años sesenta (como Zenzo Tange, Isozaki, el colectivo Archigram o Noriaki Kurokawa), en parte por la variedad de factores que Friedman tuvo en cuanta en sus propuestas de desarrollos urbanos: sociológicos, económicos, matemáticos, culturales y artísticos.
La Galería madrileña Elba Benítez abre el próximo día 24, bajo el comisariado de George Stolz, una muestra dedicada al arquitecto que incluirá películas, dibujos y una escultura de gran formato que Friedman ha elaborado in situ en la sala y que ha concebido específicamente para esta exposición.
La muestra se acompañará de un taller organizado en colaboración con la facultad de arquitectura de la Universidad Europea. Los participantes el mismo construirán estructuras atendiendo a las instrucciones de Yona Friedman, que les servirán para plasmar en tres dimensiones las claves de su pensamiento.
Friedman realizó sus primeros proyectos en Haifa (Israel), donde conoció a Konrad Wachsmann, cuyas teorías sobre las técnicas de prefabricación y las estructuras tridimensionales tuvieron gran repercusión en la gestación de sus discursos. Durante su estancia en Haifa, Friedman puso en marcha un proyecto en el que intentó que los futuros inquilinos de un conjunto de viviendas participaran activamente en su planificación.
Ese proyecto no pudo llevarse a cabo, pero le sirvió como punto de partida para presentar en el X Congreso Internacional de Arquitectura Moderna de Dubrovnik (1956) su mencionada teoría de la “arquitectura móvil” en la que apostaba por la creación de “entornos cambiables” y dispositivos arquitectónicos flexibles que se puedan transformar en función de los intereses y necesidades de sus usuarios. Se trataba de una arquitectura elástica, sin formas geométricas definidas, que se podía “personalizar” y que iba destinada a individuos reales con necesidades concretas.
En sus “ciudades espaciales”, las construcciones tendrían que cumplir tres características básicas: tocar la mínima superficie de suelo posible; ser desmontables y desplazables; y ser modificables según los deseos de sus habitantes, de modo que el crecimiento demográfico no obligaría a trasladar a amplios sectores de la población fuera del entramado urbano, a barrios periféricos mal equipados.
Partiendo de las ideas formuladas en su texto Propositions africaines (1958), Yona Friedman llevó a cabo varios proyectos en países en vías de desarrollo de Asia, África y América del Sur. Una de sus iniciativas más conocidas es el Museum of Simple Technology de Madras (India), construido a partir de materiales de la zona como el bambú y en el que puso en práctica la implicación activa de los ciudadanos en la concepción y planificación de un edificio de sus usuarios. Entre sus proyectos más célebres figuran también la fábrica Dubonnet (Ivry, Francia) o el instituto Bergson (Angers, Francia).