William Klein, Friedlander o Robert Frank, grandes nombres del I Festival de Fotografía de Castilla y León

Tiene lugar en Palencia hasta el 29 de mayo

Palencia,

Hoy comienza en Palencia la primera edición del Festival Internacional de Fotografía de Castilla y León, que organiza la Junta y que tiene a Anne Morin como comisaria. Pretende constituirse como espacio de encuentro y reflexión sobre la pluralidad de la imagen hoy y se desarrollará tanto en los museos de esa ciudad como en sus calles, plazas, parques y mobiliario urbano.

Se han programado once exposiciones que se acompañarán de un ciclo de cine comisariado por Isabel Coixet (que proyectará My Mexican Bretzel, Caras y lugares, Mil noches, una boda y Capturing Lee Miller), de encuentros y conversaciones con comisarios, historiadores o fotógrafos, charlas que podrán seguirse virtualmente en directo y también quedarán alojadas en la web del Festival, así como de un proyecto desarrollado en colaboración con la Escuela Nacional Superior de Fotografía de Arlés por el que se visionarán en una gran pantalla al aire libre trabajos de jóvenes autores.

Tres de las muestras imprescindibles del Festival pueden verse en el Museo de Palencia: se trata de las dedicadas a William Klein, Lee Friedlander y Robert Frank. Del primero se han reunido imágenes que tomó en Nueva York a mediados de los cincuenta, con una cierta mirada antropológica y tratando de fotografiar sus motivos de la forma más cruda; en sus palabras, buscando el grano, el contraste, los movimientos accidentales, el desvanecimiento, tal como venía. Nos ofrece, por tanto, de la ciudad una visión negra y casi dadaísta; no encontró el favor de los editores norteamericanos, pero sí logró que estas obras se publicaran en Francia.

William Klein. Toughs, New York, 1955
William Klein. Toughs, New York, 1955

De Lee Friedlander veremos trabajos dedicados a los nuevos coches que iban a ponerse a la venta en 1964; le encargó la serie Harper’s Bazaar cuando este autor tenía treinta años y estaba en pleno ascenso profesional. Paradójicamente, eligió presentar estos automóviles en entornos humildes, ajenos habitualmente a la publicidad de entonces y también a los probables compradores: cierta franja de la burguesía. Dispuso estos emblemas del sueño americano en centros comerciales, restaurantes, tiendas de muebles baratos, comunes salones de belleza… Estas imágenes, poco comprendidas en su tiempo, desaparecieron hasta que el propio Friedlander las encontró en sus archivos en 2010.

Y de Frank podremos contemplar en Palencia una de sus facetas menos conocidas: sus films. Se ha reunido una selección de ellos, desde Pull My Daisy (1959) a True Story (2004); en este último revisó sus escenas rodadas anteriormente, sus fotografías o cartas de su hijo Pablo, que comentó en voz en off. Se trata de un collage autobiográfico en el que Frank prueba que poesía, cine, fotografía o pintura no son sino caminos distintos con puntos de partida comunes: crear correspondencias y contar el mundo.

Robert Frank. Pull my daisy, 1959
Robert Frank. Pull my daisy, 1959

Otro esencial de la fotografía estadounidense, Joel Meyerowitz, recala en la Fundación Diaz Caneja: se han recopilado cerca de sesenta fotografías que tomó en los sesenta y setenta y que documentan el lado oscuro del sueño americano desde la calle. Entre sus referentes, Garry Winogrand, Diane Arbus, el propio Lee Friedlander y Tony Ray Jones. En estas imágenes asistiremos, además, a su tránsito de la foto en blanco y negro al color. En esa misma institución, podremos repasar algunos de los mejores trabajos presentados por autores internacionales al Lucie Award 2020, escogidos por Morin.

Joel Meyerowitz. New York City, 1965
Joel Meyerowitz. New York City, 1965

En el Centro Cultural Provincial reinará la polaroid: allí podremos contemplar casi un centenar de imágenes tomadas con esa cámara por grandes autores, como Walker Evans, Peter Beard, Nancy Burson, Sally Mann, Ansel Adams, Robert Rauschenberg o Helmut Newton. La emplearon para generar fotografías intermedias o bien para captar impresiones inmediatas.

Mary Ellen Mark. Sin título. Nueva York, 1987
Mary Ellen Mark. Sin título. Nueva York, 1987

A pie de calle nos esperan cuatro muestras, dos de ellas en la Plaza de la Inmaculada: junto a la Catedral, Sandro Miller presenta “GLORY: My Hair, My Soul, My Freedom”, una celebración de la diversidad de las mujeres negras, y Valérie Belin muestra algunos de sus mejores trabajos de las últimas dos décadas, pertenecientes a los conjuntos Mujeres negras (2001), Maniquíes (2003), Transexuales (2001), Máscaras (2004), Modelos (2001) y Damas pintadas (2017). Siempre le han interesado las zonas de transición y los espacios de duda.

También hay espacio para lo cercano: Álvaro de Castro Cea, uno de los retratistas castellanos más populares de los comienzos del siglo pasado, nacido en Ampudia, es recordado en la Plaza Mayor con imágenes que son testimonios de época y también de su propia evolución: desde un cierto cariz documental al psicologismo y el acercamiento a la intimidad de sus modelos.

Y Miguel Vallinas participa por partida doble en este Festival: en el Paseo del Salón de Isabel II nos espera “Segundas pieles”, una galería de retratos protagonizados por seres antropomórficos, semi-animales y semi-humanos que nos llevan a reflexionar sobre los lazos entre naturaleza y cultura; y en Nexo990, sala de exposiciones de Monzón de Campos, “Ceci n’est pas”, otro despliegue de retratos inspirados en la obra de Magritte Ceci n’est pas une pipe. Habla de la duplicidad de identidades y de lo oculto tras las asociaciones inesperadas.

Todas las muestras pueden visitarse hasta el 29 de mayo y el programa completo del Festival podéis consultarlo aquí: https://fifcyl.com/

 

 

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