Vuitton-Marc Jacobs: de monograms y dameros

Desfile Primavera-Verano 2008. © LOUIS VUITTON / CHRIS MOORE

Una muestra en el Musée de la Mode et du Textile repasa la evolución de LV desde sus inicios

París, 05/03/2012

“Louis Vuitton-Marc Jacobs”

MUSÉE DE LA MODE ET DU TEXTILE
107, Rue de Rivoli
75001 París
Del 9 de marzo al 16 de septiembre de 2012
De martes a viernes, de 11:00 a 18:00 horas
Sábados y domingos, de 10:00 a 18:00 horas

Con un propósito más analítico que retrospectivo, el Musée de la Mode et du Textile de París inaugura el próximo 9 de marzo “Louis Vuitton-Marc Jacobs”, muestra que repasa la historia creativa de las dos personalidades que más han aportado a la firma Vuitton, sus contribuciones a los avances de la moda y su particular modo de unir su lenguaje personal a los códigos culturales de sus respectivas épocas para reescribir la historia del diseño en este campo.

El estudio paralelo de las creaciones de Louis Vuitton y Jacobs nos ofrecerá valiosa información sobre el funcionamiento del sistema de la moda en el periodo de industrialización de fines del siglo XIX y en los comienzos globalizados del siglo XXI, invitándonos a reflexionar sobre la evolución de los oficios artísticos, los avances técnicos, las colaboraciones artísticas y la mayor o menor primacía de la creatividad.

Estructurada en dos niveles del centro y comisariada por Pamela Golbin, esta exposición pondrá en relación las colecciones de complementos y accesorios (no faltarán las emblemáticas maletas) creadas por Vuitton en sus inicios con algunas de las prendas más conocidas producidas por Marc Jacobs en los últimos quince años.

Louis Vuitton abrió su firma en 1854 en las proximidades de la Rue de la Paix tras haberse formado durante diecisiete años en todos los aspectos de la logística de la moda, desde la fabricación de embalajes a la distribución. Desde el principio buscó diferenciarse activamente de sus competidores (diferenciación ya patente en el nombre dado a su marca, extraordinariamente sencillo en su tiempo). Con los años, concedió cada vez un mayor interés a las telas de sus diseños, pues su calidad protegía sus accesorios de falsificaciones.

Poupée, trousseau et sa malle, vers 1865, Les Arts Décoratifs © Jean Tholance      alt

En 1889 presentó, por primera vez, su lona Damier, a la que posteriormente incorporó su logotipo de entonces. Cuatro años después de la muerte de Louis Vuitton y siguiendo sus pasos, su hijo George creó en 1896 el célebre monograma LV. Los nuevos códigos de vestimenta y conducta que se impusieron a comienzos del siglo XX entre la alta sociedad francesa multiplicaron el número de piezas que formaban parte del armario burgués: trajes de mañana, tarde y noche, de gala y de baile, ropa interior e infinita variedad de sombreros y accesorios. LV supo atender aquel explosivo incremento de la demanda.

Condeses, barones, marqueses, princesas y actrices como Sara Bernhardt formaron parte de su clientela. Tres fueron las máximas a las que se mantuvo fiel el trabajo de Louis Vuitton y que hoy siguen guiando a Jacobs: continuo perfeccionamiento de sus procesos de trabajo, satisfacción completa del cliente y búsqueda constante de novedades.

Igualmente pendiente de las fluctuaciones y necesidades de su época, Marc Jacobs ha contribuido enormemente a que hoy concibamos la moda del modo global en que lo hacemos. Su trayectoria, de marcado carácter internacional desde los ochenta, es la de un modisto que, sin descuidar su formación creativa, otorga cada vez mayor relevancia a dominar aspectos como la comercialización, la dirección de arte, la imagen de marca…

Graduado en 1984 en Parson School of Design de Nueva York, comenzó a trabajar para la firma estadounidense Perry Ellis con tan sólo 25 años. (Junto a Ralph Lauren y Calvin Klein, se considera que Perry Ellis es una de las tres grandes firmas del prêt-á-porter norteamericano). Las ventas de la marca se incrementaron hasta los 100 millones de dólares anuales, lo que elevó enormemente la celebridad de Jacobs. Pese a que es habitual que cada diseñador americano sueñe con tener su propia firma, la evolución en la carrera de Jacobs siguió una tradición gala: crecer en un gran sello ya existente, contribuyendo a mantener su prestigio.

Dentro de Perry Ellis, Jacobs supo liberarse casi totalmente de la herencia estilística de la marca para imponer su visión de la moda. La colección Grunge (1992) supuso un punto de inflexión en su carrera: le valió el aplauso de la prensa y la crítica, pero no fue bien acogida por los compradores, y dejo la marca. No obstante, los propietarios de Perry Ellis le ayudaron a crear su propio sello aportándole financiación.

En 1997, Jacobs fue nombrado director artístico de Louis Vuitton, firma que entonces contaba con 143 años de historia. Entre sus funciones: diseñar colecciones de prêt-á-porter tanto masculinas como femeninas y una línea de calzado, bolsos y otros accesorios. Buen conocedor del funcionamiento interno de las grandes empresas, Jacobs estudia antes de diseñar la escena parisina. Desde el principio, se piensa que en Vuitton ha introducido nuevos aires, creando un universo vanguardista y paralelo al clásico, sofisticado y atemporal de la marca. Cuanto más se alejan los diseños del primer Vuitton y de Marc Jacobs, más se complementan entre sí.

Jacobs confiesa que su proceso creativo proviene del constante intercambio de ideas dentro de un equipo, de ahí que sea igualmente fácil de comprender el espíritu de sus colaboraciones artísticas son Murakami, Richard Prince o Stephen Sprouse, colaboraciones que, por otro lado, han alterado los hábitos de todo un sector y se han convertido en casos de estudio en las escuelas de moda.

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Desfile Colección de Mujer Otoño-Invierno 2006-2007

© Louis Vuitton / Chris Moore

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Desfile Colección de Mujer Otoño-Invierno 2011-2012

© Louis Vuitton / Chris Moore

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