El próximo 2023 se cumplirán setenta años del inicio de la participación de España en la Bienal de São Paulo, que no de artistas españoles, pues estos se habían sumado a la cita en su primera edición, en 1952, en representación de otros países; también se conmemorarán los dos siglos transcurridos desde la independencia de Brasil.
Ambas efemérides las recuerda el Centro Niemeyer de Avilés en la muestra “Vuelta al revés del revés. España en la Bienal de São Paulo”, que ha sido comisariada por Genoveva Tusell, cruzará el océano el año que viene y tiene como doble fin examinar los lazos recientes entre el arte y el poder institucional y proponer, a partir de esos nexos, una historia de nuestra creación contemporánea; hay que recordar que esa Bienal está considerada la más relevante a nivel internacional tras la veneciana y que por ella han pasado, entre otros autores, Antoni Tàpies, Rafael Canogar, Jorge Oteiza, Joan Vilacasas, Joan Ponç, Águeda de la Pisa, Miguel Berrocal, Pérez Villalta, Aurèlia Muñoz o Rafael Leoz.
En aquel primer momento, desde inicios de los cincuenta, el pabellón español en la muestra sería, en el contexto del franquismo, una herramienta para la promoción cultural de nuestro país y de su creación de vanguardia, por más que en algunas de las obras expuestas se cobijara también la crítica más o menos explícita hacia la dictadura. Aquella etapa vertebra una primera parte del recorrido, cronológico, de esta exposición, que después atiende a la Transición y al periodo democrático y que hace hincapié en la evolución, en el paso de las décadas, de los criterios atendidos a la hora de seleccionar propuestas, que han avanzado hacia una mayor inclusión de mujeres artistas y también de minorías.
Entre las más de ochenta piezas que reúne este proyecto, once proceden de Brasil y hasta la fecha eran inéditas en España, al haber permanecido allí en diferentes fondos privados e institucionales hasta sumarse a las actuales colecciones del Museu de Arte Contemporânea da Universidade de São Paulo (MAC USP). Algunos de esos trabajos resultaron galardonados en distintos capítulos de la Bienal, como Asia de Tàpies, premiada en 1953; Los revolucionarios de Rafael Canogar, que en 1971 se llevó el Gran Premio Itamaraty; la escultura Expansión espacial por fusión de unidades abiertas de Jorge Oteiza, Premio de Escultura en 1957 o el aguatinta de Joan Vilacasas Planimetria 108, ganador del Premio de Grabado en 1961. Forman parte también de ese grupo dos dibujos de Joan Ponç y un aguafuerte y aguatinta de Yago Pericot y se integran en esta propuesta, igualmente, trabajos de creadores exiliados o desplazados que expusieron en la Bienal aunque no en representación de nuestro país, como Luis Seoane, Vela Zanetti, Juan Barjola, el inevitable Picasso y los muy desconocidos aquí Isabel Pons y Fernando Odriozola; ambos se establecieron en Brasil.
No es casual que sea el Centro Niemeyer avilesino el primer espacio en albergar esta exhibición: diseñado por el arquitecto brasileño del que toma el nombre, viene albergando actividades culturales ligadas a aquel país sudamericano y ha llegado a ser visitado, en los últimos años, por dos de sus embajadores: Antonio Simões y Pompeu Andreucci Neto. Obra del artífice de Brasilia son también las sucesivas sedes de la Bienal paulista, primero el Palácio das Indústrias y luego el actual Pavilhão da Bienal Ciccillo Matarazzo, así como el Museu de Arte Contemporânea de esta ciudad, donde “Vuelta al revés del revés” (cuyo título se ha tomado de una letra de Caetano Veloso) podrá verse después.
“Vuelta al revés del revés. España en la Bienal de São Paulo”
Avenida del zinc, s/n
Avilés
Del 4 de julio al 30 de diciembre de 2022
