Voces del Pacífico: un océano cosmopolita

CaixaForum expone de nuevo fondos del British Museum

Madrid,

Ocupa un tercio de la superficie terrestre, es tremendamente rico en el ámbito medioambiental y en torno a sus aguas han habitado, y en buena medida continúan haciéndolo, pueblos pluralmente diversos también en sus lenguas. Nos referimos al océano Pacífico, que desde latitudes españolas quizá solemos asociar a paisajes remotos y aislados, concibiendo aún los mares como excusa para la distancia y no para la conexión.

Una de las colecciones de arte de esa región más extensas en Occidente la posee el British Museum y, en el marco de la consolidada colaboración de este centro con la Fundación “la Caixa”, que se ha materializado ya en ocho exposiciones, una parte de sus piezas más interesantes pueden verse, bajo el comisariado de Julie Adams, en CaixaForum Madrid.

“Voces del Pacífico. Innovación y tradición” busca acercarnos, no solo al conocimiento de algunas claves de esas culturas oceánicas, cuyas relaciones con los objetos y con el medio natural ofrecen aprendizajes y misterios, sino también a los modos de vida de sus habitantes, presentes a través de fotografías, vídeos y, precisamente, voces particulares.

Por su extensión y peculiaridades, Australia ha quedado al margen del discurso de esta exposición, así que el protagonismo ha recaído en las pequeñas islas, entendiendo que históricamente el mar no las ha separado, sino que se ha convertido en el entorno de su unión.

Dada su estrechísima relación con la naturaleza circundante, por necesidad y por virtud, los artistas de estos enclaves han trabajado con materiales que les eran cercanos: madera, piedra, fibras, conchas, tejidos… tomando el mar, frecuentemente, como su fuente de inspiración. La navegación -en estrechas canoas densamente pobladas que recorrían largas travesías- explica la abundancia de boles, anzuelos, garrotes, abanicos o maquetas de esas mismas embarcaciones.

Aquellos viajes convirtieron a los moradores del Pacífico en expertos tempranos en las largas distancias y, en ocasiones, en autores cosmopolitas capaces de adaptar sus creaciones, en todos los sentidos, a circunstancias muy cambiantes.

Maqueta de canoa de Vanuatu. 1850-1880. © The Trustess of the British Museum
Maqueta de canoa de Vanuatu. 1850-1880. © The Trustess of the British Museum

En CaixaForum nos esperan, desde luego, piezas ancestrales que remitirán a un particular entendimiento de la morada, de los objetos o de la muerte, pero también obras de artistas contemporáneos (aproximadamente un cuarto del total) que constantemente homenajean ese acervo valiéndose de técnicas como el arte textil, la talla o la que consideran una variante de esa última actividad: el tatuaje, concebido como herramienta para la autodefinición. Y lo hacen donde quiera que estén, en Estados Unidos o en Europa, demostrando que la comunicación a través de las nuevas tecnologías también puede servir para preservar tradiciones.

Esas artes oceánicas que, en el siglo XVI, suscitaron la atención de los exploradores españoles y portugueses que por primera vez surcaron el Pacífico norte se analizan en siete secciones temáticas, comenzando por una selección de contundentes figuras de rasgos humanos con usos rituales.

La comisaria ha querido destacar entre ellas una femenina que se encontró en una casa ceremonial en Papúa Nueva Guinea; por casas ceremoniales se entienden aquellas que albergaban ceremonias iniciáticas para los varones jóvenes. En ellas se han hallado cientos de piezas como ésta que aludían a espíritus específicos de esos clanes, de hecho, el British Museum adquirió hasta 159 en 1980.

La construcción de estos edificios decayó tras la consolidación del cristianismo, pero se viene recuperando parcialmente desde los setenta.

Moái pa’apa’a de Rapa Nui, isla de Pascua, 1800-1886. © The Trustess of the British Museum
Moái pa’apa’a de Rapa Nui, isla de Pascua, 1800-1886. © The Trustess of the British Museum

Veremos igualmente aquí una representación moái kavakava, procedente de la isla de Pascua, donde tenían las esculturas de madera y piedra como encarnaciones de sus ancestros. Ésta se llevaría colgada al cuello y, por marcársele las costillas, probablemente reprodujera el cuerpo esquelético de un familiar fallecido. También remos, una pertenencia importante, tanto como para emplearse, asimismo, en ceremonias; los pobladores de Buka obligados a trabajar en las plantaciones de Nueva Irlanda los llevaron consigo.

Si los viajes nutrieron el imaginario de los artistas de la zona, éstos tampoco dejaron pasar los materiales aportados por los europeos que aquí recalaron en el siglo XVI, como la lana, el metal o el vidrio.

Entre los diseños textiles recogidos en este proyecto, la mayoría a medio camino entre la pervivencia de tradiciones y la innovación, llama la atención un traje de novia elaborado aproximadamente hace una década por Paula Chan Cheuk, una creadora de Samoa que confecciona este tipo de vestimenta con tela elaborada a partir de la corteza de los árboles (su nombre es siapo).

En estas culturas, los textiles se ofrecían como regalo en nacimientos, bodas y defunciones, y si eran especialmente valiosos se heredaban de generación en generación. Habitualmente salían de las manos de las mujeres, que enseñaban sus técnicas a sus hijas. Sombreros, abanicos, cestas y esteras, bien acogidos por los turistas, son aún hoy un medio de supervivencia para varias familias.

En estos capítulos centrales del recorrido vinculados a la moda nos sorprenderá también una armadura decimonónica realizada con fibra de coco, de cabeza a pies.

Armadura completa de fibra de coco de Kiribati, 1800-1900. © The Trustess of the British Museum
Armadura completa de fibra de coco de Kiribati, 1800-1900. © The Trustess of the British Museum

Región muy rica en danzas (el hula hawaiano, el ´ori de Tahití o el meke de Fiyi se enseñan hoy en academias de baile de todo el mundo), estos movimientos les permiten conectar de un modo muy particular con sus ancestros y esa es la razón de que también importe la apariencia de sus bailarines, que usan aceite de coco en su piel, tocados con penachos y ropas muy sensibles a sus movimientos.

Una de las salas de la exposición «Voces del Pacífico» en CaixaForum Madrid. © Fundación "la Caixa"
Una de las salas de la exposición “Voces del Pacífico” en CaixaForum Madrid. © Fundación “la Caixa”

El nombre de este océano no libró a sus islas, obviamente, de enfrentamientos por las tierras y sus recursos, que en algún caso no fueron breves. A veces esos conflictos derivaron de la resistencia a la colonización (fue célebre el jefe maorí Hone Heke por negarse al sometimiento), y en la II Guerra Mundial, como es sabido, en estos territorios se libraron batallas duras. Hoy los desafíos son otros: la sostenibilidad y el crecimiento demográfico.

Las ropas que vestían los guerreros servían al objetivo de intimidar al enemigo, además de como protección, y un capítulo aparte merecen los garrotes, que en esta zona se usaban con múltiples fines: en danzas, en los discursos como signo de distinción y en los desfiles belicosos.

Decíamos que las labores textiles corrían a cargo de las mujeres; entre los trabajos considerados masculinos se encontraba la talla, igualmente transmitida de generación en generación. Cuando el resultado de las piezas era particularmente virtuoso, se consideraba que su hacedor, virtuoso, había sido bendecido por los dioses. Algunas, muy complejas, se empleaban específicamente en funerales y después se abandonaban en los bosques; sin embargo, el prestigio de los tallistas era tal que adquirían la consideración social de los sacerdotes.

En este apartado observaremos una réplica de A’a, escultura llegada de la isla de Rurutu: datada en el siglo XVI o XVII, sus habitantes se la ofrecieron a la Sociedad Misionera de Londres en el siglo XIX, para conmemorar su conversión al cristianismo. Puede que sea la escultura polinesia mejor conservada, atrajo a los artistas de vanguardia fascinados por el primitivismo y se hicieron con sus copias Roland Penrose, Pablo Picasso o Henry Moore.

El último artefacto de la exposición está elaborado con botellas de plástico, se llama Bottled Ocean 2123 y es obra del artista neozelandés, residente en Francia, George Nuku, que la ha llevado a cabo junto a público de CaixaForum, de forma colaborativa. Presente hoy en la exposición, ha explicado que, por sus posibilidades de sugerir belleza y las consecuencias pésimas de su sobreabundancia, es posible considerar este material como un ancestro con el que relacionarnos desde una perspectiva filosófica y cultural. No exento de magia en su peligro.

Figuras malangan de canoa de Nueva Irlanda, Papúa Nueva Guinea. 1800-1900. © The Trustess of the British Museum
Figuras malangan de canoa de Nueva Irlanda, Papúa Nueva Guinea, 1800-1900. © The Trustess of the British Museum
Ornamento de las islas Marquesas, 1800-1850. © The Trustess of the British Museum
Ornamento de las islas Marquesas, 1800-1850. © The Trustess of the British Museum

 

 

“Voces del Pacífico. Innovación y tradición”

CAIXAFORUM MADRID

Paseo del Prado, 36

Madrid

Del 28 de mayo al 14 de septiembre de 2025

 

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