Hasta el próximo 13 de febrero, la Galería Nara Roesler descubre a São Paulo la obra, marcada por una personal poética espiritual, de Not Vital. Este artista suizo procede del valle de Engadina pero su trayectoria es marcadamente errante: no tiene estudio en ningún lugar fijo y ha viajado por todo el mundo; trabaja actualmente entre Río de Janeiro, Pekín y Suiza y en la anterior década 2000-2010 residió en Níger ante la atracción que le suscitaban los materiales que encontró en ese país.
Aunque solo tres obras forman parte de la muestra de Nara Roesler – la primera de este creador en São Paulo, un proyecto itinerante por diversos centros de América del Sur- en ella quedan muy patentes sus procesos a la hora de trabajar: busca potenciar los contrastes en las sensaciones que emanan de sus trabajos, fundamentalmente entre resistencia y suavidad, amenaza y sosiego, e incide en la relación de hombre y naturaleza, hombre y sociedad, en un sentido espiritual y trascendente. Han colaborado con él fabricantes locales de los lugares por los que viaja (China, Bután, Níger, Patagonia, Indonesia, Bélgica, Murano…) a la hora de llevar a cabo manualmente sus piezas, de una materialidad única en su refinamiento y en su atractivo visual.
La primera de las tres obras que pueden verse en Nara Roesler es Cabezas (2013-2015), realizada en colaboración con soldadores de acero inoxidable pekineses. La idea de elaborar este trabajo surgió para Not Vital en Laos, donde contempló una enorme escultura de un Buda local; su cabeza sirvió al suizo como base para esta propuesta: nos la muestra en diversos ejemplares sin detalles, tratando de apropiarse de su esencia sugiriendo solamente sus formas. El acero inoxidable da a cada una de las piezas, cuya altura corresponde aproximadamente con la de una persona, un aspecto brillante.
750 cuchillos (2004) consta de otros tantos cuchillos que el artista pegó en una pared de modo que sus puntas proyectasen minimalistas triángulos. Además de su forma intrigante, las hojas sobresalientes destacan por provocar en quien contempla cierta sensación amenazante y, en paralelo, una atmósfera de calma o armonía explicada quizá por la concisión formal de la obra.
La última obra, fechada este mismo año, es Snowball Wall: Not Vital dispara contra un muro bolas de yeso partiendo de la idea de que el yeso, en cierto momento de su periodo de hidratación, tiene la misma consistencia y la misma apariencia que la nieve. Al explotar contra la superficie dura, las bolas dejan su huella estampada.
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