Miguel Zugaza
La pintura mítica de Vermeer transcurre en un espacio armónico e íntimo, del que emanan enigmáticas figuras que parecen habitar en un mundo en el que el tiempo apenas discurre.
Esta es una ocasión única para acceder a uno de los grandes maestros de la pintura europea -que por diversos avatares de la historia no está representado en el Museo del Prado- y poder hacerlo desde una selección de obras de la máxima calidad, además de en cantidad importante si tenemos en cuenta la dificultad que supone conseguir en préstamo obras tan codiciadas. En Vermeer resplandece la extraordinaria calidad técnica y el peculiar misterio de las escenas, y en concreto el cuadro El arte de la pintura nos remite a un diálogo con su contemporáneo Las Meninas de Velázquez.