Velo que vela al viento

La Sala de Exposiciones de la Diputación de Huesca ofrece una nueva mirada sobre la pintura de María Cruz Sarvisé

Huesca,

Velo que vela al viento. María Cruz Sarvisé. Pintura de devoción

Hace veintisiete años la Diputación de Huesca dedicó ya una retrospectiva a la pintora zaragozana María Cruz Sarvisé, autora de una producción de carácter claramente poético y plagada de metáforas y alegorías. Sus motivos recurrentes son las mujeres y los niños, a veces solos, desnudos o divinizados, dispuestos sobre fondos depurados que las figuras dominan.

Quizá os acordéis de La Tragedia de Picasso contemplando sus trabajos: contienen emociones latentes y parecen querer transmitir también mensajes inquietantes relacionados con el dolor, el miedo o la devastación que sigue a una experiencia dramática. En otras ocasiones contienen representaciones oníricas o lúdicas que enlazan con un sentir colectivo propio del momento en que se realizaron.

Su cromatismo es austero: predominan los tonos azules, verdes, marrones y violetas, que favorecen el tono melancólico de sus pinturas, de formas simples y composiciones también muy sencillas, en las que predomina la línea y las grandes superficies de colores planos.

Velo que vela al viento. María Cruz Sarvisé. Pintura de devoción
Velo que vela al viento. María Cruz Sarvisé. Pintura de devoción

A partir del próximo 11 de marzo, y hasta el 8 de mayo, la Sala de Exposiciones de la Diputación de Huesca ofrece en la muestra “Velo que vela al viento” una nueva mirada sobre la obra de Sarvisé, bajo el comisariado de la también artista, de larga trayectoria, Teresa Salcedo.

Esta exposición centra nuestra mirada en el tratamiento en su pintura del transcurso del tiempo y de la noción de permanencia e incide también en el enigma que contienen sus obras, susceptibles en la mayoría de los casos de ser interpretadas como símbolos.

Componen “Velo que vela al viento” una selección de pinturas fechadas desde los cincuenta hasta la actualidad, pero su disposición no invita a contemplarlas como recorrido por la evolución artística de Sarvisé; se han articulado formando tres grandes polípticos: dos de ellos a modo de retablos, con un carácter religioso y social, y el tercero, que interactúa con los anteriores, con una temática lúdica.

Para entender las referencias manejadas por Sarvisé a la hora de trabajar, en la muestra podemos contemplar también imágenes de obras que le influyeron, de autores pasados o contemporáneos.

Atendiendo a los postulados de Josef Albers sobre las capacidades de transmisión del color, cada políptico se presenta en la Sala de la Diputación ensamblado a su vez en un par de colores elegidos por su matiz, en relación con su fuente dominante tanto en la temática tratada como en su propio color; de manera que al actuar como discurso pleno entre ellos, los de María Cruz Sarvisé y los elegidos, se produzca una interacción continua que crea una modificación en la visión objetiva.

Velo que vela al viento. María Cruz Sarvisé. Pintura de devoción
Velo que vela al viento. María Cruz Sarvisé. Pintura de devoción

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