Una treintena de pinturas del artista húngaro se exponen en la sala BBK de Bilbao
“Victor Vasarely”
FUNDACIÓN BILBAO BIZKAIA KUTXA
Sala de exposiciones BBK
c/ Gran Vía, 32
48008 Bilbao
Del 14 de marzo al 5 de mayo de 2012
La muestra está integrada por treinta obras fechadas entre 1948 y 1991 y procedentes de la Galería francesa Lahumière y de diversas colecciones privadas. En palabras de la comisaria de la exposición, Martinne Soria, su “innovación” en el uso de las formas geométricas, los juegos de color y los efectos ópticos han otorgado a Vasarely un papel esencial en la historia del arte del siglo XX.
Su fascinación por la física, la arquitectura, la industria y la tecnología se hizo patente en con creaciones de espectacular fuerza visual, basadas en desviaciones de líneas o en deformaciones de superficies regulares, que causan ilusiones ópticas.
Hasta el año sesenta, Vasarely solo utilizó los tonos blanco y el negro, desarrollando ampliaciones a gran escala, mediante la fotografía, de pequeños dibujos a los que llamaba fotografismos. Posteriormente, y de forma paulatina, diseñó un alfabeto plástico de colores y formas formado por un millar de muestras combinables entre sí y que componen un canon geométrico racional que se opone a las expresiones que denoten emociones subjetivas, consideradas artificiosas por el artista.
En palabras de la comisaria, Vasarely “anticipó” la invasión de la informática en la vida cotidiana, pues muchas de sus obras parecen simulaciones visuales que en la actualidad se realizan con ordenador y algunos de sus trabajos reflejan las tres dimensiones y obligan al espectador a moverse en torno a ellos, a formar parte, en definitiva, de los mismos.
El húngaro se obsesionó por conseguir que el arte fuera accesible a una inmensa mayoría del público y abogó por el desempeño de una función social por parte del artista. Trató por ello de desmitificar la idea de “obra única” y en su Manifiesto Amarillo, en el que recoge sus ideas sobre el arte junto con otros artistas, dejó escrito que “no podemos dejar indefinidamente el disfrute de la obra de arte sólo a la élite de conocedores. El arte del presente se encamina hacia formas generosas, recreables a placer; el arte del mañana será un tesoro común o no será”.
Vasarely fundó en 1970 un museo didáctico y en 1976 la Fundación que lleva su nombre.
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