Valcárcel Medina en el IVAM, el arte como momentos

Valencia, 26/06/2025

Nacido en Murcia en 1937 y formado en Madrid en Arquitectura y Bellas Artes, Isidoro Valcárcel Medina convirtió desde sus comienzos el tiempo y el espacio en los ejes de su obra. En principio trabajó sobre todo en el campo de la pintura para, a partir de los setenta, desarrollar intervenciones de gran formato en espacios urbanos y, más tarde, intervenciones poéticas.

Ya desde los ochenta, se aprecia en este autor un interés más intenso por la arquitectura: emprendió proyectos específicos en situaciones reales, como la creación de un pantano, y también películas, trabajos sonoros, acciones y libros de artista.

Ni en formatos ni en contenido sus creaciones son fácilmente ajustables a los espacios expositivos habituales, así que el murciano no es un artista nada apto para los circuitos comerciales. Es intencionado: tanto su producción como su actitud, alejadísima de cualquier engolamiento, cuestionan nuestro concepto de lo artístico, los mecanismos de su institucionalización y su relación con el público, a quien él busca interesar por los cauces de la inquietud, la reflexión sobre el lado desapercibido de nuestro entorno o la provocación.

Esa es la nota dominante en el conjunto de su legado, por lo demás absolutamente diverso: se le deben proyectos efímeros, como las audioguías que comunican puntos de vista distintos a los habituales sobre determinadas composiciones o los caramelos puestos a disposición de los espectadores en su “Otoño de 2009” en el Reina Sofía, y también otras obras con vocación de permanencia.

Ha buscado, fundamentalmente, que su trabajo no se convierta en mercancía. Asocia el arte a la vida y las actitudes, no a nada que pueda almacenarse y coleccionarse, por eso nunca ha vendido su labor. No le preocupa la producción de objetos, sino, si se puede calificar como producción, la de situaciones en las que intervengan lo insólito, lo azaroso y el juego.

Isidoro Valcárcel Medina. El movimiento de la idea. Instituto Valenciano de Arte Moderno. IVAM

Este verano Valcárcel Medina protagoniza una muestra en el IVAM valenciano, compuesta por obra reciente ideada precisamente para la Galería 3 de este centro. El proyecto se llama “El movimiento de la idea” y consta de una serie inédita de piezas gráficas, formada por cuarenta hojas de papel semitransparente dibujadas a tinta por sus dos caras, con la simetría como tema.

Tanto la medición como la geometría, ligada ésta última a esa noción de simetría, han sido elementos muy presentes en la andadura del artista, empeñado en apuntar a las distancias -las paradojas- entre nuestra percepción de la realidad y la realidad misma.

Dado que concibe la simetría, al igual que la medición y la geometría, como una proyección de unidad y orden que nuestro cerebro crea a partir de la realidad que vemos, Valcárcel nos invita a percibir juegos de simetría y disimetría en cuarenta ejercicios: al encontrarse las hojas dibujadas por las dos caras, cuando vemos el dibujo del anverso éste queda afectado por la transparencia del reverso y al revés. De hecho, cada hoja cuenta con dos dibujos, uno por cada cara, pero lo que vemos no es ni uno ni otro de ellos, sino la superposición de ambos, sea por un lado o por el otro. Así, la primera simetría de la que partimos es que anverso y reverso, las dos caras de una hoja, son dos lados parejos.

A esos dibujos o ejercicios plásticos los acompaña en la exhibición un título y una descripción concisa con la que Valcárcel invita al público a comprobar si puede percibir esos juegos, a veces evidentes y otras en absoluto, de dicha simetría. Suponen estos trabajos una nueva manifestación de su querencia por la poética del acontecer, su entendimiento de la obra de arte como acto o acción y como situación (lugar, escenario, contexto) a comprender desde su presente. Ha llegado a afirmar que el arte ha de ser tan fiel a su momento que sea el momento mismo. Y como tal, versátil y difícil de catalogar.