Victoria Combalía
Esta magnífica exposición -hay que reservarse dos horas para verla- explora aquellas imágenes que esconden en su interior otra imagen o varias más.
Los artistas utilizaron las imágenes escondidas con varios propósitos a lo largo de la historia: para mostrar símbolos o alegorías, para escapar a la censura, como divertimento o como acertijo conceptual. La muestra exhibe desde miniaturas persas hasta varias obras contemporáneas como las de Markus Raetz (un hombre con sombrero cuya imagen en un espejo resulta ser un conejo).
Salvador Dalí
Hay muchas obras con rocas antropomorfas (Patinir, Metsys, Ruisdael, Courbet) ,junto a excelentes Arcimboldos y una curiosísima versión japonesa de El origen del mundo, debida a Utagawa Kuniyoshi (S.XIX). Pero lo que más sorprende son las obras del siglo XX tan conocidas como Alegoría de género, de Duchamp (un retrato de G.Washington sobre paños higiénicos y que, rotados, configuran el mapa de los Estados Unidos), excelentes Dalís, el Paisaje-cabeza de Giacometti; o la Princesa X de Brancusi (una mujer muy estilizada que es a la vez un pene), cuya exposición fue prohibida por la policía.