Partiendo de que arte y humor comparten emocionalidad y carácter social, y de que, aunque ambos necesitan ciertos conocimientos previos para ser comprendidos, ofrecen imágenes del mundo que pueden ser interpretadas por una comunidad a la que interpelan, el Museo Universidad de Navarra presenta, hasta octubre en la muestra “Una broma es una cosa seria”, una selección de obras procedentes de la Colección Bergé que, desde sus diferentes técnicas y temas, proponen reflexiones sobre nuestro contexto desde un enfoque cómico. Esta exposición fue la propuesta seleccionada para presentarse en este centro entre los TFM de la cuarta promoción de alumnos de su Máster en Estudios de Comisariado; son sus curadores Eva del Llano, María Gallegos y Jaime Guillén.
El planteamiento de la exhibición sitúa a los autores de las piezas como documentalistas y recolectores de su época e incide en que el humor es un camino, uno más, para interpretar el mundo, que va mucho más allá del chiste o de la risa y que tiene que ver con el ingenio de su emisor o su intención crítica. Uno de los recursos más habituales entre los utilizados por los creadores que lo introducen en sus propuestas es el del extrañamiento: la introducción de lo no ordinario en lo cotidiano con el fin de generar en el espectador sorpresa e invitarle a poner en cuestión sus inercias vitales, y entre quienes lo cultivan en la exhibición que acaba de abrirse en Pamplona encontraremos a Anna Barriball, Liz Arnold, Andrea Bowers, Marijke Van Warmerdam, Nina Saunders, Erwin Wurm, Jaime Pitarch, Martin Creed, Chris Johanson o Werner Reiterer.
Barriball, en Bag Drawing, transformó una bolsa de plástico utilizando un rotulador rojo, gesto capaz de suscitar meditaciones poéticas, grandes transformaciones con medios mínimos; de Liz Arnold veremos Cave women, lienzo en el que la artista expresa su visión del mundo combinando lo real y lo ficticio, en una cueva con tres personajes femeninos con maletas y una proyección al fondo, de resonancias platónicas. La artista y activista Andrea Bowers presenta Intimate Strangers – Pope Fans Reaching Toward, un plano dorado que remite desde el sarcasmo a la divinización de la creación en otros tiempos y, en A thought, Van Warmerdam se refiere a aquellas ideas que quedan a un lado en el proceso creativo y nunca se materializan; una de sus frases redundantes es La primera idea en mi diario y la segunda en la basura.
Un afán por reinventar lo cercano desde la ironía se aprecia igualmente en Because I´m worth it, de Nina Saunders, que ha despojado a un mueble de su función para obligar al espectador a que se plantee cómo puede relacionarse con él de manera diferente; Wurm, por su parte, concede cualidades humanas a un coche en Fat car y Pitarch también descontextualiza por completo los entornos habituales en Bad manners.
En cuanto a Martin Creed, se vale de luces de neón que se encienden y se apagan para hacer alusión a nuestros esfuerzos vanos por apresar cosas y pensamientos; Chris Johanson conjuga su preocupación por la sostenibilidad con el lenguaje propio del graffiti y Reiterer juega con nuestros sentidos al ofrecernos el rebote de una pelota de tenis en dibujo, sonido y en marca de un colchón. Aunque algunas de estas piezas destacan por su atractivo visual, algo en ellas distorsiona la mera contemplación plácida, y no es raro que se trate del título, que nos provoca, nos distancia de las obras o suscita controversias.
Otro de los recursos que propicia los lazos entre arte y humor es, justamente, esa relación entre texto e imagen, generadora de sentido desde siempre y más ahora (lo apreciamos en caricaturas, cómics o memes). En este sentido, el búlgaro Nedko Solakov suele jugar en sus proyectos con los dobles sentidos, y en el que ha llevado al Campus de la Universidad de Navarra cada frase de un texto contiene un número que se corresponde con un fragmento de un dibujo. Intentando evitar posibles derivas frívolas de lo humorístico, lo hace comulgar con la tristeza o el amor.
El texto es, asimismo, importante en la obra de Bob y Roberta Smith, un (único) artista británico que subvierte las normas de la ortografía para defender la relevancia de la educación artística y de potenciar la creatividad en el sistema educativo. Buen conocedor de las posibilidades de acercarse al público por el camino de lo lúdico, utiliza por esa razón ese pseudónimo satírico y ha desarrollado justamente campañas por el desarrollo de las habilidades plásticas en los colegios.
Comparte Smith estética ideada con el divertimento con David Shrigley, quien ahonda en las preocupaciones del individuo en general, y del individuo artista en particular, frente a la sociedad, valiéndose de una estética naif y desenfadada en la que también están presentes los textos. En una senda semejante, en sus Artoons Pablo Helguera se sirve del lenguaje de la caricatura para articular contextos absurdos y acercarse al arte sin pretensiones.
Contemplaremos, por último, el video Sueño (muy cerca), de Dora García, donde esta artista efectuó, en sus palabras, una alusión cómica y burlona al proceso creativo de inspiración y producción. Haciendo uso del lenguaje corporal, como es habitual en buena parte de sus propuestas, representó un proceso mental —la inspiración— que da lugar a una reflexión, jocosa, en torno al procedimiento de producción conceptual de una obra de arte.
“Una broma es una cosa seria”
Campus Universitario, s/n
Pamplona
Del 21 de junio al 1 de octubre de 2023
