El próximo 6 de abril se cumplirán 500 años de la muerte en Roma de Rafael, el pintor que aprendió de Leonardo y Miguel Ángel para a continuación legarnos pinturas marcadas por la medida, la proporción, la elegancia y la búsqueda de la belleza ideal. Alumno de Perugino, en sus obras predominan las composiciones simétricas, las figuras de movimientos suaves, los rostros redondos y las miradas ensimismadas y, al margen de la evolución de su estilo, mantuvo una inmensa habilidad para componer desde la claridad, el gusto por las perspectivas amplias y el sentido de la solemnidad aprendido de su maestro.
Cuatro grandes exposiciones iban a conmemorar la fecha, pero las circunstancias sanitarias que todos conocemos han hecho que las instituciones internacionales que iban a acogerlas tengan que cerrar temporalmente sus puertas. La más extensa era “Raffaello”, en la Scuderie del Quirinale de Roma: contaría con dos centenares de trabajos del maestro, un número nunca reunido hasta ahora en una muestra suya. No iban a faltar Madonna del gran duque, La velada, Retrato de Baltasar Castiglione o Virgen de la rosa y otros grandes préstamos de los Uffizi, el Museo del Prado o el Louvre.
En fechas parecidas (de febrero a junio), la National Gallery of Art de Washington había programado presentar “Raphael and His Circle”, un repaso a grabados y dibujos realizados por el genio de Urbino (cuatro eran suyos) y sus contemporáneos. Daba cuenta este proyecto, en su recorrido, de la extraordinaria influencia que ejerció Rafael sobre sus cercanos y también, en cuanto a patrones compositivos y estéticos, en el conjunto del arte occidental a partir de aquel momento.
De nuevo en Italia, la Pinacoteca Ambrosiana de Milán iba a acoger “Il Raffaello dell’Ambrosiana. In principio il cartone”, exhibición que tenía como eje el cartón preparatorio de la Escuela de Atenas, recientemente restaurado. En torno a él habríamos podido ver material educativo sobre su historia, técnica y sobre esa intervención. Por último, la National Gallery de Londres ha programado para el próximo octubre (es pronto para saber si finalmente podrá inaugurarse) la apertura de “The Credit Suisse Exhibition: Raphael”, un repaso a la variedad de técnicas en las que el de Urbino desplegó su talento: además de dibujos y pinturas, si nada lo impide podremos contemplar proyectos arquitectónicos, esculturas, tapices, grabados e incluso poemas.
Salvo esta exhibición londinense aún en ciernes, el resto permanecen, como decíamos, clausuradas por la pandemia y ha sido también la esfera virtual la que ha salido al rescate del aniversario de Rafael, por ahoradeslucido. La plataforma Musement, dedicada a la reserva de actividades en destinos turísticos, acoge un gran museo virtual que nos permite contemplar todas las obras de Sanzio en nuestras pantallas, acompañadas de información relativa a su ubicación (se encuentran en una treintena de ciudades de once países), datación y formato.
Los usuarios podemos elegir navegar por su producción país a país, museo a museo o seleccionando, directamente, las obras que más nos interesan, desde sus serenas Madonnas hasta sus más célebres escenas bíblicas. Acceded a Musement aquí.
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