Un Fortuny para la sorpresa

Reus continúa conmemorando los 150 años desde su muerte

Reus,

En el pasado 2024 se cumplió, entre otros diversos centenarios -desde hace años convertidos en oportunidades expositivas más o menos provechosas-, siglo y medio desde la muerte de Mariano Fortuny i Marsal, nacido en Reus en 1838, y la ocasión ha servido a museos y centros de arte catalanes para revisitar la producción del que se consideró uno de los mejores pintores de esta región durante el siglo XIX, si bien su fortuna crítica no ha sido estática. Facilita estas muestras el hecho de que se encuentra este autor muy bien representado en las colecciones catalanas -el Museu Nacional d´Art de Catalunya. MNAC posee cuatro de sus composiciones más significativas: La Batalla de Tetuán, El coleccionista de estampas, La odalisca y La vicaría-, circunstancia en la que tuvo mucho que ver la labor de recuperación de Joaquim Folch i Torres, quien fuera director del antiguo Museu d’Art de Catalunya, en los veinte y los treinta.

En relación con aquellas divergencias de la crítica, uno de los propósitos del programa de esta efeméride es contribuir a superar clichés o prejuicios que, por otro lado, afectan también a muchos artistas decimonónicos: más allá de incidir en su preciosismo y su virtuosismo técnico en pinturas, dibujos y grabados, la propuesta 150 Marià Fortuny, auspiciada por la Generalitat y secundada por un buen número de instituciones, quiere suscitar reflexiones a partir de los asuntos temáticos que abordó, ligadas a cuestiones de debate actual como la guerra, los estereotipos de género, las crisis emocionales (en los artistas y no solo), la frustración de los creadores a la hora de materializar sus ideas, el colonialismo, el coleccionismo, la noción de lujo o los cambios en el gusto y en las ideas estéticas. Otro de los atractivos pretendidos es el de recorrer pictóricamente los escenarios que formaron parte de la geografía sentimental y artística de Fortuny (Reus, Barcelona, ​​Madrid, Granada, Roma, París, Porticio, Sevilla, Tetuán y Tánger) y su atención a géneros muy diversos, desde el paisaje al costumbrismo, pasando por la pintura de historia.

Con el fin de dejar cierto espacio a la sorpresa, se atiende también a alguna faceta menos difundida, como su tendencia a dejar inacabadas algunas piezas, entre ellas las que ocupan un espacio importante en la configuración de las salas de la colección permanente del MNAC y parte del acervo del Museu d’Art de Reus. No terminó, entre otras composiciones, la mencionada Batalla de Tetuán, Paisaje de Granada, Carmen Bastián o Ferrador marroquí, y se trata de un rasgo especialmente llamativo en su caso, por su constante aspiración a la excelencia y su autoexigencia, aspectos de su personalidad que explicarían, en parte, su incapacidad a la hora de completar ciertas imágenes. Seguramente esa teórica limitación lo hace más atractivo: nos obliga a preguntarnos los motivos por los que un pintor que ansiaba la perfección más absoluta renunció a ella (tal como era concebida) y optó por el camino del “abandono”; en esa senda podremos revisar determinados estereotipos, arquetipos y convenciones.

Mariano Fortuny. Vista de Tetuán, 1860. MNAC
Mariano Fortuny. Vista de Tetuán, 1860. MNAC

Su querencia por el paisaje también ha de tenerse muy en cuenta, al referirnos a un pintor de taller que no solía ocuparse de la naturaleza: no cultivó el paisajismo en su dimensión más frecuente, pero sí incorporó el entorno a sus trabajos; en muchas de sus telas, aunque sobre todo en sus creaciones en papel, se percibe el rol que desempeñaron los efectos atmosféricos en la construcción de su lenguaje. Volvemos a Batalla de Tetuán: la concibió como una pintura de estudio, pero fue el resultado de un proceso creativo preliminar, en el que estudios preparatorios acuarelados, realizados al aire libre, determinaron el protagonismo del follaje (y restaron peso a la épica militar inicialmente prevista).

Y no hay que perder de vista sus grabados; se le tuvo por el mejor artista del XIX, tras Goya, por su pericia en esa técnica: los aguafuertes que se conservan en Barcelona y Reus dan fe de que no consideró, seguramente, que la pintura tuviese primacía respecto al resto de disciplinas, y de que soluciones compositivas que encontró en este medio las aplicó en el resto.

Precisamente los dibujos y estampas atesorados por el Museu de Reus y el MNAC centran, en el primer espacio y hasta febrero, la muestra “Marià Fortuny. Una biografia sobre paper”, que recalca su estrecho vínculo con dicho soporte; el dibujo constituyó una de sus mayores pulsiones creativas e incluso una seña de identidad: logró idéntica solvencia con cualquier instrumento técnico y cualquier superficie de papel. Buscó la síntesis de ciertos rasgos de los maestros antiguos con un imaginario cercano a la fantasía.

Mariano Fortuny. Guardia de la qasba en Tetuán, 1861. MNAC
Mariano Fortuny. Guardia de la qasba en Tetuán, 1861. MNAC

El mismo centro acoge, hasta diciembre de este año, “Fortuny, l’observació de la natura”, la exhibición fundamental del programa comisariado por Francesc Quílez Corella. Ahondará, como dijimos, en su peculiar tratamiento del paisaje para sus fines y en su inclinación por lo inacabado, pero también en los efectos artísticos de sus crisis, a veces derivadas de la necesidad de aceptar las leyes de un mercado que le obligaba a adaptarse a los gustos y a la demanda de marchantes que sólo deseaban que fabricara productos estandarizados de factoría Fortuny.

Ambas exposiciones se vienen completando, desde el pasado diciembre, con la celebración de diversas actividades que comenzaron en Reus y se prolongaran, este 2025, dentro y fuera de España, en atención a la proyección internacional de Fortuny. Ofrecerán conferencias o mesas redondas, durante todo este año, el MNAC de Barcelona, el Palacio de Carlos V en Granada, el MUREC de Almería, la Real Academia de España en Roma, el Museo del Prado, el Lázaro Galdiano y el Ateneo de Madrid, los Institutos Cervantes de París, Tánger, Tetuán y Nápoles, y el Palazzo Museo Fortuny en Venecia.

 

PARA MÁS INFORMACIÓN:

https://cultura.gencat.cat/

Mariano Fortuny. Mar, al fondo el Vesubio, 1874. Museo Nacional del Prado
Mariano Fortuny. Mar, al fondo el Vesubio, 1874. Museo Nacional del Prado
Mariano Fortuny. Ruines romanes a prop de Cervera, 1863-1865. Museu de Reus
Mariano Fortuny. Ruinas romanas cerca de Cervera, 1863-1865. Museu de Reus

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