Txema Salvans y las formas de la espera

El MUN navarro expone el cierre de su proyecto The Waiting Game

Pamplona,

En el año 2005, Txema Salvans comenzó a recorrer detenidamente nuestra costa mediterránea, desde Girona a Cádiz, con el fin último de refrendar una idea que ya maduraba como fruto de la observación: la de que la espera es un componente esencial de nuestras vidas, pues aunque no deje una huella tan marcada como la de los actos definidos (ocasionalmente sí), todos estamos permanentemente en ese estado, sometidos a la incertidumbre.

Formado en Biología, este fotógrafo se acerca a sus temas casi como si los diseccionara, científicamente, y el tiempo sin prisa que implica un hallazgo en ese campo parece aplicarlo también a sus procesos de trabajo: minuciosos, personales, pacientes, basados en continuos viajes (a emplazamientos que siente física y emocionalmente próximos, eso sí), en constantes miradas y en una intensa dedicación. El proyecto con el que ahora recala en el Museo Universidad de Navarra, en el marco de su programa Tender puentes, se llama justamente “The Waiting Game III”, por corresponder a la última sección de un trabajo vertebrado en tres partes, correspondientes a otras tantas publicaciones.

Txema Salvans. "The Waiting Time III". Museo Universidad de Navarra
Txema Salvans. “The Waiting Game III”. Museo Universidad de Navarra
Txema Salvans. "The Waiting Time III". Museo Universidad de Navarra
Txema Salvans. “The Waiting Game III”. Museo Universidad de Navarra

La primera hacía referencia a la inquietante espera de las prostitutas en la carretera, en condiciones angustiosas; en ese caso, el tiempo suspendido equivale a dolor revestido de una escenografía entre degradante y absurda. Las imágenes que componen esa sección inaugural, a la que dio forma en 2013, contienen claves estéticas que se extenderán al resto de esta propuesta: el trabajo a distancia que permite a Salvans atender al contexto de las figuras preservando su identidad; la adopción de una luz plena y dura, la del centro del día, que refuerza la descripción rigurosa de la fragilidad de los sujetos y, por último, la captación de un instante que no será decisivo sino que remitirá a la mencionada espera, pesarosa en este caso.

El segundo capítulo llegaría en 2018 y se dedica a esos pescadores de acequia o de charca que toman la caña, más que como labor, con el fin de evadirse de su casa o de experimentar calma y quietud sin desocuparse del todo. Su espera es relativa, porque no desean una presa, y a veces a duras penas tratan de lograrla, sino que más bien pretenden soledad, alejamiento, borrarse de su entorno o de sí mismos por un tiempo. Y el último apartado, el más reciente y que podemos ver ahora en Pamplona, no tiene como protagonistas a personas sino a perros: los guardianes, atados con cadenas o encerrados en parcelas, cuya única expectativa o misión es velar sumisamente por los terrenos de sus dueños.

En conjunto, estas series subrayan que somos seres autoconscientes que vivimos en inevitable relación con nuestro entorno, mostrándose ese vínculo en cada uno de los casos desde una mirada distópica. En palabras de Salvans en entrevista con el crítico Pepe Baeza, el proyecto de la prostitución responde a la distopía de lo social; el de los pescadores, a la distopía de la autoconciencia, pues como ellos bien dicen “con tal de no pensar en nada…”; y, finalmente, el del perro es ejemplo de la relación de sumisión que imponemos a nuestro entorno natural. En última instancia, estas imágenes finales hablan más de los amos, quizá gente corriente ciega a ese abandono emocional -de los que el entorno aporta abundante información-, que de los mismos animales, convertidos por ellos en instrumento. Entre los que él usa para trabajar se encuentra, por cierto, el trípode, que supone lentitud pero refuerza el carácter conceptual de sus obras, casi siempre presentadas en formato grande, por permitir en mayor medida que los medianos y pequeños la exactitud, el rigor descriptivo, la sobriedad en las composiciones.

Los perros fueron ya motivo recurrente en las escenas de Ortiz Echagüe, Humberto Rivas, Alfonso Sánchez García, Rafael Sanz Lobato u Oriol Maspons, y Salvans conoce bien ese legado, pero él ha elegido ofrecer sobre ellos una mirada bien distinta: la de la espera fiel de una ración, de una mirada y seguramente de nada más porque nada más se ha conocido. Tras sus insistentes recorridos por el paisaje mediterráneo pudo ver este autor miles de perros que pasan toda la vida sin otra expectativa que guardar la propiedad. Es la espera más constante y más desesperanzada, aunque la domesticación del ser humano ha hecho a algunos animales sumisos a este tratamiento y están constantemente esperando la ocasión de cumplir la función que se les ha inculcado. Tienen esas estampas de canes en soledad mucho de ancestral, al margen de los cambios que ha conocido la costa en el último medio siglo, como explica: Trato de revisar la recurrencia de un paisaje mediterráneo con figura animal que, a pesar de los cambios tecnológicos y urbanísticos, es transhistórico de la función animal, que permanece vigente a pesar de los sofisticados sensores de movimiento y de la videovigilancia. El perro, hasta el momento, no tiene un recambio más productivo.

Txema Salvans. "The Waiting Time III". Museo Universidad de Navarra
Txema Salvans. “The Waiting Game III”. Museo Universidad de Navarra

Nacido en Barcelona en 1971, este artista estudió en el ICP de Nueva York y en La Fábrica, el centro de creación artística de Benetton, antes de obtener premios de FotoPress y de PHotoESPAÑA. Desde mediados de los noventa, el eje de su obra ha sido la exploración de las conductas y deseos humanos, atendiendo sobre todo, en los últimos años, al contexto de los entornos de ocio del litoral, en el que aún encuentra espacio para lo surreal y lo extraño pese a la masificación.

Hay algo, en su producción, de advertencia de un autoengaño colectivo sobre lo que entendemos por lo paradisiaco y placentero, y también alberga paradojas: el espectador halla en sus fotos lo que los sujetos que las protagonizan no querrían quizá ver, pero no podemos apreciar eso que aquellos sí desean encontrar.

Txema Salvans. "The Waiting Time III". Museo Universidad de Navarra
Txema Salvans. “The Waiting Game III”. Museo Universidad de Navarra
Txema Salvans. "The Waiting Time III". Museo Universidad de Navarra
Txema Salvans. “The Waiting Game III”. Museo Universidad de Navarra

 

 

Txema Salvans. “The Waiting Game III”

MUSEO UNIVERSIDAD DE NAVARRA

Campus Universitario, s/n

Pamplona

Del 3 de noviembre de 2022 al 5 de marzo de 2023

 

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