Tres décadas de Itinerarios: los artistas se acercan a la ciencia

Los ganadores de las becas Botín en 2023 exponen en Santander

Santander,

El próximo 15 de noviembre dará comienzo en el Centro Botín una nueva edición de Itinerarios, la muestra que anualmente recoge los proyectos de los artistas ganadores de las becas para creadores de la Fundación Botín. Se trata de una de las convocatorias más abiertas y flexibles entre las que se organizan en nuestro país: pueden concurrir autores de cualquier edad y origen con propuestas de toda temática, de modo que estas exposiciones puedan favorecer el intercambio entre lenguajes, contextos y generaciones.

En 2023, edición a la que corresponde esta exhibición, obtuvieron las becas Javier Bravo de Rueda, Noa y Lara Castro Lema, Diego Delas, Gelen Jeleton, Nader Koochaki y Eduardo Navarro, seleccionados por un jurado compuesto por las comisarias Irene Aristizábal y Filipa Ramos y los artistas Juan López y Jorge Satorre. Sus trabajos ahora en Santander, elaborados durante los nueve meses de duración de estas ayudas, tienen en común su exploración de los nexos entre la naturaleza, la memoria y las formas de conocimiento no racional, y su acercamiento, desde un punto de vista afectivo y simbólico, a paisajes −sean marinos, desérticos o florales−, articulando modos de atención y contemplación que suelen poner en cuestión las jerarquías entre lo humano y lo no humano.

El peruano Javier Bravo ha estudiado el origen y el imaginario de las piedras de Ica y las posibilidades de éstas para ayudarnos a comprender las formas en que la cultura material, la ficción y las narrativas históricas se complementan entre sí.

Se trata de piedras ovaladas grabadas que fueron halladas en los sesenta en determinadas zonas del desierto de Ocucaje y que, se pensó, podrían tener millones de años de antigüedad; según las lecturas de algunos, incluso contener indicios de que una civilización ancestral y alienígena pobló nuestro planeta. Así se creyó hasta que Basilio Uschuya, un granjero local, admitió haberlas creado, pero continúan despertando interés, situándose en la frontera entre el mito, la ciencia y la especulación.

La instalación Vieron algo en el cielo: Ufolatrías y desierto cuenta con múltiples piezas (registros, artefactos, dibujos animados, murales, esculturas y sonido), porque nos traslada al Museo Científico Dr. Cabrera de Ica, dedicado a las piedras, a su historia oficial y sus narrativas alternativas. No ofrece respuestas, más bien nos propone especular.

Javier Bravo de Rueda. OQKG. Perú, 2024
Javier Bravo de Rueda. OQKG. Perú, 2024

Las gemelas coruñesas Noa y Lara Castro beben en sus proyectos de los relatos de su familia, vinculados a la Costa de la Muerte. Con ellos han elaborado un cuento musical cuyo punto de partida es el Gran Sol, un caladero del Atlántico Norte donde su abuelo Nelson pasó la mayor parte de su vida trabajando como pescador.

Esos caladeros eran llamados originariamente en francés “Grande Sole”, que significa ‘gran lenguado’, pero la traducción fonética del francés al gallego relaciona el sol y ese pescado, generando para estas artistas la posibilidad de un juego performativo. El resultado se materializa en performances y eventos públicos: relatos fácticos, narraciones, mitología, composición de canciones, performance, diseños de vestuario y vídeo; de ellos participan familiares, amigos, vecinos y el dúo.

En el Centro Botín se condensan en Cen pequenos soles, una película que muestra que la intimidad puede no ser sólo un asunto privado, sino una zona porosa de comunalidad, una construcción colectiva entre hermanos, especies, vecinos, lugares, tecnologías y mundo natural. Parte de la vida y la memoria, y recalca cómo lo humano y lo no humano están conectados por la violencia, los cuidados, el trabajo y la muerte.

Noa y Lara Castro Lema. Cen pequenos soles, 2025
Noa y Lara Castro Lema. Cen pequenos soles, 2025
Diego Delas. Habla memoria (III), 2025. Fotografía: Usama Mossa Chaty
Diego Delas. Habla memoria (III), 2025. Fotografía: Usama Mossa Chaty

El burgalés Diego Delas, por su parte, viene analizando los vínculos entre la práctica artística y el arte popular, atendiendo a una seducción personal por los oficios. Su Habla, memoria forma parte del proyecto Telesma, que investiga los nexos entre la creación contemporánea y las prácticas devocionales más extendidas, como la creación de objetos votivos, talismanes y amuletos. Se trata de una intervención espacial compuesta por grandes telas suspendidas en el aire, evocadoras de amuletos de forma monumental. El espacio expositivo queda convertido, de este modo, en un entorno envolvente, en el que los materiales y las formas remiten a un gran talismán colectivo. Aúnan estos trabajos dos tradiciones: la orfebrería popular, a través de láminas de latón parecidas a engarces de joyas tradicionales, y la pintura gestual, con trazos inspirados en marcas y signos de los oficios artesanales.

El centro de la exposición lo ocupa justamente un textil que sostiene siete amuletos gigantes, encadenados; cada uno combina materiales, palabras y fragmentos culturales. Subraya esta obra las diferencias entre el objeto votivo, que mira hacia el pasado como agradecimiento, y el amuleto, que contempla el futuro como promesa o protección. El centro de esta propuesta es la reflexión sobre el poder de las imágenes y los objetos, y sobre su capacidad para fundirse con lo espiritual y lo material, para proteger y embellecer a un tiempo.

Historia política de las flores: Hanami (ver la flor) es el trabajo de la murciana Gelen Jeleton. Se basa en una investigación poética sobre las culturas rituales de la naturaleza a partir de ese hábito del hanami, la costumbre japonesa de reunirse para contemplar la floración de los cerezos.

Jeleton viajó a Japón para vivir esa experiencia en parques y templos, y para examinar sus representaciones en museos, tejidos y objetos cotidianos, trasladando lo contemplado al dibujo, la instalación y la animación. El resultado es una meditación sobre la fugacidad, la repetición ritual y la política de la mirada.

Su instalación en el Centro Botín contará con dibujos sobre papel de seda, una serie de animaciones y capas de papel de seda estampado que caen de las paredes, se esparcen por el suelo y cuelgan del espacio, representando la flor de sakura (del cerezo japonés) durante el hanami, el yozakura (cerezos de noche) y el hanafubuki (lluvia de pétalos) y su recuerdo. La preparación de los dibujos de por sí tuvo mucho de acto meditativo y de repetición.

Forman parte estas obras de un proyecto de más largo recorrido de la autora: Historia política de las flores (2014-2025), en el que nos invita a detenernos, a frenar para poder “ver la flor”, con lo que el acto tiene de placer y magia.

Gele Jeleton. Hanami, ver la flor. Murcia, 2025
Gele Jeleton. Hanami, ver la flor. Murcia, 2025

El artista vasco Nader Koochaki, entretanto, ha desplegado tres líneas de investigación en León durante los últimos doce años, todas en relación con el legado físico y simbólico de la minería. En su proyecto para esta beca se centró en la figura de Salvador Robles Aibar (1957–2009), un operario de buldócer que instaló conjuntos de rocas peculiares en zonas restauradas de la Corta Pastora.

Koochaki ha indagado en la intención de estas intervenciones y en sus interpretaciones desde el arte o el paisaje industrial, sugiriendo debates sobre los límites entre la creación artística, el gesto cotidiano y la memoria material. Su labor ha conjugado la investigación de campo con la colaboración científica, sobre todo a través de estudios geológicos y biológicos.

Ha reconstruido el autor fragmentos de la vida de Robles a través de entrevistas con familiares y antiguos compañeros, enfrentándose a silencios y archivos de difícil acceso, institucionales y familiares. Incide en que la historia minera está atravesada por la pérdida, el trauma y el control de la memoria por las instituciones y que esa actividad afectó muchos ámbitos de la vida, más allá de la economía.

Por último, el argentino Eduardo Navarro exhibirá en el Centro Botín F.O.C.A. (Fundación Oceánica de Contemplación Amorosa). Sus intereses pasan por el funcionamiento de la mente y sus lazos con la naturaleza y el cosmos y por los caminos en que la percepción media la realidad a través de los sentidos.

Tras trabajar como voluntario, durante la pandemia, en la rehabilitación de crías de león marino huérfanas para facilitar su retorno a la naturaleza, puso en marcha una fundación oficial enfocada a invitar a los artistas a crear obras de arte desde la percepción interna de lo que significa transformarse en una entidad oceánica.

En Santander contemplaremos un traje de foca, una película que documenta el encuentro con los lobos de mar y una serie de dibujos que indagan en la motricidad física de esos animales. El proyecto propone una invitación a otra forma de vida, a experimentar con modos distintos de relacionarse con uno mismo y con los demás.

Coincidiendo con este aniversario de Itinerarios, el 15 de noviembre el Centro Botín acogerá una serie de mesas redondas en las que participarán miembros de los jurados y artistas que han sido parte de la trayectoria de estas becas.

Eduardo Navarro F.O.C.A. Fundación Oceánica de Contemplación Amorosa Punta Colorada, 2024
Eduardo Navarro. F.O.C.A. Fundación Oceánica de Contemplación Amorosa. Punta Colorada, 2024. Fotografía: Leslie Gómez

 

 

“Itinerarios XXX”

CENTRO BOTÍN

Plaza Emilio Botín, s/n

Jardines de Pereda

Santander

Del 15 de noviembre de 2025 al 19 de abril de 2026

 

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