Tony Catany, haciendo memoria

La Sala Canal de Isabel II acoge su mayor retrospectiva

Madrid,
Tony Catany. Niño Ibiza, 1967
Tony Catany. Niño Ibiza, 1967

Es autodidacta y se formó en Ciencias Químicas, pero cuando el mallorquín Tony Catany se inició en la fotografía, de la mano de los reportajes de viajes, se vio inevitablemente influenciado por el ambiente: la década de los años sesenta trajo un inequívoco revival pictorialista y proliferaron las imágenes dotadas de composiciones elaboradas, atmósferas brumosas y poéticas y estéticas que hoy llamaríamos vintage. La tendencia no se quedó en lo formal y llegó a lo técnico: se recataron procedimientos fotográficos que ya habían caído en el olvido, como el cianotipo, la goma bicromatada o la impresión en platino.

Catany no permaneció inerme y en 1976 comenzó a trabajar con una cámara antigua, de fines del s XIX, que había comprado en el rastro barcelonés, y llegó a recurrir al calotipo, que requería lentos procesos, para crear miniaturas realmente bellas y también borrosas. La cámara digital solo la introdujo en su trabajo en los últimos años, utilizándola para lograr una gama cromática más pura.

Aunque obtuvo sus mayores reconocimientos con sus fotografías de danza, de arquitecturas y paisajes y sus álbumes de decoración, creados a menudo por encargo, el Tony Catany hoy más venerado es, con razón, el más personal: el autor de desnudos, naturalezas muertas, retratos e imágenes realizadas durante sus viajes por las costas del Mediterráneo, con sus ruinas muertas y sus cuerpos vivos, siempre captados con un carácter netamente artístico y no publicitario ni documental.

Y es a esta faceta de su producción a la que también dedica mayor espacio “Cuando ir era volver”, la retrospectiva de Catany que hoy abre sus puertas al público en la Sala Canal de Isabel II y que es la mayor muestra dedicada hasta ahora a este fotógrafo, fallecido en Barcelona hace tres años.

A través de 140 trabajos podemos rastrear su trayectoria desde que la inició, a fines de los sesenta, hasta que falleció, porque sus obras más tardías expuestas se fechan en 2012. Esas obras finales son bodegones, y no es casual: quizá este fue el género que más le interesó y al abordarlo buscó evocar a los maestros del género. Este aspecto se hace muy evidente cuando hablamos de flores: basta comparar las suyas con las de Caravaggio o Fantin-Latour. No es difícil que pensemos en la pintura, porque Catany solía maquillar sus imágenes con pigmentos y velos de color.

Tony Catany. India, 2009
Tony Catany. India, 2009

Tony Catany. Eulogia, Playa Medina, Venezuela, 2006

Las reminiscencias al pasado van más allá: sus desnudos masculinos remiten a cualquier espectador de mirada avezada al clasicismo griego, aunque su estilo se acerque más al Barroco por las posturas poco naturales de los modelos.

En el retrato solo se sumergió a partir de mediados de los noventa, empleando esta vez la polaroid y disponiendo sus imágenes sobre soporte de algodón. Pese a su carácter más reciente, sus trabajos en este género también destacan por su pictorialismo, de aire simbolista.

Premio Nacional de Fotografía en 2001 y Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en Francia una década antes, Catany quiso que su legado al completo se destinase a crear una fundación que fuese también Centro Internacional de Fotografía en su localidad natal, en Llucmajor. Si queréis conocer mejor su trabajo, os sugerimos visitarla (hasta el 28 de enero acoge una exposición sobre sus fotografías venecianas).

La exposición de la Sala Canal, comisariada por Alain D’Hooghe y Antoni Garau y organizada en colaboración con La Pedrera, puede visitarse hasta el 15 del mismo mes y se complementa con distintas actividades: encuentros con especialistas (miércoles), tertulias fotográficas (jueves), visitas dinamizadas (sábados), talleres intergeneracionales (domingos), derivas fotográficas (26 noviembre y 17 diciembre) y visitas para grupos (martes y jueves).

Tony Catany. Indonesia, 2010
Tony Catany. Indonesia, 2010

 

 Toni Catany. Bodegón nº. 122, 2012 © Fundación Toni Catany, 2016
Toni Catany, Bodegón nº. 122, 2012 © Fundación Toni Catany, 2016

 

“Toni Catany. Cuando ir era volver”
Sala de exposiciones Canal de Isabel II

C/ Santa Engracia, 125, Madrid
Del 16 de noviembre de 2016 al 15 de enero de 2017

 

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