Di Suvero, desafiando los límites de la escultura

Paula Cooper expone trabajos inéditos del artista americano

Nacido en Shanghai en 1933, de padres italianos, Mark di Suvero emigró en 1941 a California y de allí a Nueva York, en 1957. Su primera muestra, celebrada en 1960 en la Green Gallery, tuvo una gran acogida y tiempo después cofundaría la Park Place Gallery, gestionada por una cooperativa de artistas. En aquella sala mostró sus trabajos hasta 1967; tiempo después, en 1975, el Whitney Museum of American Art le concedió su primera retrospectiva y ese mismo año expuso un buen número de sus obras a gran escala en el Jardín de las Tullerías de París. Desde entonces, di Suvero ha mostrado sus trabajos en numerosos museos internacionales y en 1995 participó en la 46ª edición de la Bienal de Venecia.

Su producción se compone fundamentalmente de esculturas a gran escala realizadas mediante colosales vigas de acero, metales tensados o elementos cinéticos que las confieren una apariencia liviana. Se trata de piezas que dialogan con el espacio en el que se exhiben y transforman la percepción que el espectador tiene del mismo. Buena parte de ellas forman parte de la colección del Storm King Art Center de Mountainville (Nueva York) y se exponen de forma permanente al aire libre. Este mismo centro ha programado muestras dedicadas a di Suvero en 1995, 2005 y 2008. Más recientemente, una docena de sus monumentales trabajos han podido verse en la Governor’s Island y este mismo año, el escultor ha recibido la Medalla Nacional de las Artes, máximo reconocimiento que Estados Unidos concede a sus artistas.

Conocido igualmente por su faceta como activista por la paz y por la justicia social, Mark di Suvero clausura el próximo 23 de diciembre su muestra de obra inédita en la Galería Paula Cooper. Durante la próxima semana, aún podrá verse en la sala neoyorquina, entre otros trabajos, una escultura de acero (Paula´s Pleasure, 2011) de aproximadamente seis metros de altura y formada por la intersección de vigas atadas en torno a un nudo central. La pieza invita al público a contemplarla desde distintos ángulos, ya que nuestra percepción del equilibrio y del espacio de la galería va modificándose a medida que avanzamos en torno a ella.

Otra de las esculturas expuestas (Par la Fenêtre, 2011), elaborada en chapa de acero, pone de manifiesto la maestría de Di Suvero en el tratamiento del metal, que en sus obras parece tan maleable y flexible como la tinta o el papel. Pese a ser conocido principalmente por sus esculturas, el artista americano es también un consumado pintor, dibujante y grabador, y en Paula Cooper exhibe también una pintura de gran formato realizada a base de explosivas y vibrantes superposiciones de color. En ella mantiene, esta vez sobre un espacio bidimensional, las investigaciones sobre la línea desarrolladas antes en las tres dimensiones.

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