Por Becario a los 40
Me considero una persona con una buena formación académica, que habla idiomas, que viaja todo lo que puede (casi siempre low cost, eso sí), con experiencia profesional (porque los becarios la mayoría de las veces hacemos el mismo trabajo que el personal contratado) y que, sin embargo, no logra salir del bucle de las becas o el contrato temporal. Vivimos en un país de trabajos y sueldos precarios, en el que la educación y la cultura cada vez importan menos; con unas perspectivas realmente muy poco alentadoras y dominado por una clase política bastante mediocre y egoísta en general. Por eso desde aquí, aprovechando esta oportunidad de expresar mi opinión, que hoy se torna en malestar, le pediría a Lynne Cooke, Subdiectora de Conservación, Investigación y Difusión del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que aprenda español y que si no lo quiere hacer por interés personal, que lo haga al menos por respeto a quienes con nuestros impuestos mantenemos el museo en el que trabaja y por respeto también a quienes optan a algún tipo de beca en el MNCARS y que tienen como requisito imprescindible, en caso de no ser españoles, el acreditar documentalmente un perfecto dominio, hablado y escrito, de este idioma.