La Galería Blanca Berlín de Madrid abre un espacio dedicado a las intervenciones artísticas de cara al público
Madrid, 03/10/2011
La madrileña Galería Blanca Berlín, ubicada en la calle Limón, frente al Cuartel del Conde Duque, ha reconvertido su escaparate para dedicar éste al desarrollo de un nuevo proyecto, joven y experimental, que permitirá al público contemplar, desde los exteriores de la sala, intervenciones que periódicamente llevarán a cabo varios creadores invitados.
Los artistas seleccionados ofrecerán propuestas concebidas específicamente para este espacio, que llevará por nombre Seis metros cúbicos. Tendrán completa libertad de creación en cuanto a temática y soportes, pudiendo utilizar en sus obras vídeo, instalación, fotografía, escultura, performance…, siempre que su trabajo se adecúe a las condiciones físicas del escaparate de Blanca Berlín.
Inaugurará Seis metros cúbicos la madrileña María Revuelta con su propuesta The bath, en el que la joven artista recuerda un episodio cercano de su vida cotidiana contemplándolo desde la ironía y la sátira, replanteando las circunstancias en que sucedió y exagerando sus posibles significados.
A través de The Bath, Revuelta reflexiona sobre la constante sensación de aparente peligro que cada día amenaza con desbaratar el anhelo humano de seguridad y confort, en definitiva, sobre la imposibilidad de controlar por completo todos los aspectos de nuestras vidas.
María Revuelta, licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense y formada también en el Camberwell College of Arts de Londres, ha empleado el vídeo y el dibujo como medios básicos de su producción artística, en la que trata de tomar distancia respecto a lo cotidiano para deconstruir los hechos diarios desde un punto de vista cinematográfico.
En sus propias palabras: El tema que investigo son los rituales del hombre occidental; especie de extrañas costumbres, repleto de creencias carentes de lógica que se convierten en mecanismos de defensa, en distorsiones cognitivas (el estado de confort, la doble moral, el deseo y la seducción de la irrealidad moderna). Mi discurso se sitúa en el conflicto entre lo real y lo ficticio, en el que los nuevos códigos de representación se confunden de significado. Vivimos entre imágenes y lenguajes que pueden producir disonancias e incongruencias.