Sangre sobre el papel

El Victoria & Albert Museum de Londres presenta estos días la exposición “Blood on Paper: the art of the book”, una muestra que curiosamente abre sus puertas en abril -el mes en que España dedica todo tipo de eventos al mundo de la literatura, coincidiendo con la muerte de dos de los más grandes escritores de la historia universal, Miguel de Cervantes y William Shakespeare- y que podrá visitarse hasta el próximo 29 de junio. Los dos comisarios de la exhibición son, además, importantes especialistas en el mundo del libro y la edición: Roman Watson, comisario de la National Art Library del Victoria & Albert Museum, y Elena Foster, fundadora y directora de Ivory Press, una editorial dedicada a la publicación de tiradas limitadas de libros que contienen obra original de artistas contemporáneos.

Cai Guo-Qiang
Danger Book: Suicide Fireworks, 2008

“Blood on Paper: the art of the book” nos muestra una selección de piezas de importantes artistas y editores, que van desde el primer tercio del s. XX hasta nuestros días, cuyo nexo en común es que adoptan, de un modo u otro, la forma de libro. Los participantes no son precisamente conocidos por escribir, sino que se trata de creadores como pintores, escultores o fotógrafos, cuyo trabajo ha influido en la configuración del arte de nuestro tiempo o está de plena actualidad. Las obras resultantes son de lo más dispares; encontraremos desde los formatos más tradicionales hasta libros escultóricos o piezas que, sencillamente, parten de su idea conceptual para transmitirnos una visión alegórica de los mismos. De este modo, podremos ver piezas como la que abre la exposición, realizada por Anselm Kiefer especialmente para la muestra, The secret life of plant (2008), una escultura de cartón de más de dos metros; junto a otras mucho más clásicas como Jazz (1947) de Matisse o Deux Contes (1947) de Picasso, dos obras modélicas de lo que tradicionalmente se ha considerado como libro de artista. Las perspectivas más singulares las encontraremos de la mano de creadores como Cai-Guo Quian, quien nos propone un “libro suicida”, o Anish Kapoor, que de forma íntima y sutil nos invita a la reflexión a través de su libro herido. Con esta exposición no se pretende hacer un recorrido cronológico a través del libro de artista, se trata más bien de situar las distintas piezas que componen la muestra dentro de un único contexto que permita que cada una de ellas hable por sí misma, de tal modo que revelen la variedad de enfoques sobre el libro de cada uno de los creadores.

La selección de trabajos ha sido, además, realizada con la intención de que las obras muestren en la medida de lo posible el proceso creativo de los artistas; una cuestión fundamental en nuestra época si tenemos en cuenta la multitud de nuevas vías a través de las que hoy se puede realizar un libro: más allá de la máquina de escribir o el ordenador, nos encontramos con otros medios como la fotografía digital o la proyección que también están empezando a cobrar importancia dentro del universo que nos ocupa.