Rothko trágico y atemporal

Ocho pinturas y una selección de dibujos del artista se muestran en el St Louis Art Museum

St. Louis,
Mark Rothko. Untitled, 1948. Fondation Beyeler
Mark Rothko. Untitled, 1948. Fondation Beyeler

Como sabemos, Mark Rothko fue uno de los grandes representantes de la abstracción americana y a través de su muy personal lenguaje pictórico, muy vinculado a la tradición europea de lo sublime, buscó expresar las emociones universales más primarias, como la tragedia o el éxtasis.

Nació en 1903 en Rusia dentro de una familia judía que emigró a Oregón en 1910, y pese a formarse con Max Weber en la Art Students League de Nueva York, siempre se consideró un pintor autodidacta. Entre 1929 y 1952 fue profesor de arte en algunos centros de Nueva York, desarrollando para ese fin un peculiar programa de enseñanza.

En los años treinta su pintura estuvo marcada por un tipo de figuración expresionista y en 1935 fue fundador, junto a Gottlieb, Ilya Bolotovsky y Louis Harris, del grupo The Ten, destinado fundamentalmente a la organización de exposiciones de sus miembros. Las exposiciones “Cubism and Abstract Art “y “Fantastic ArtDada, Surrealism”, organizadas en 1936 por Alfred J. Barr en el MoMA, ejercieron una decisiva influencia sobre su obra, que derivó entonces hacia planteamientos surrealistas. Tras 1945, conoció a Clyfford Still y ambos comenzaron a investigar las posibilidades del color field painting. Hacia 1950, Rothko ya había dejado a un lado las referencias figurativas y había comenzado a desarrollar la personal abstracción que definiría desde entonces su pintura. Predominaron grandes lienzos donde amplios campos de color rectangulares de perfiles indefinidos flotaban suspendidos sobre fondos monocromáticos.

A finales de los sesenta, inmerso en una profunda depresión, pintó una serie de obras con pintura acrílica negra que evocaban su melancolía. Se suicidó en 1970.

Procedentes de los fondos del Saint Louis Museum of Art y de la Fondation Beyeler suiza, ocho pinturas y varios trabajos sobre papel del artista se exponen en el primer centro hasta el 14 de septiembre dentro de la muestra “Tragic and Timeless: The Art of Mark Rothko”, que quiere repasar las tres décadas de carrera del ruso. Entre los trabajos expuestos figura Untitled (1948), una de sus abstracciones más emblemáticas, en la que utilizó tonos azules, amarillos y naranjas sobre un fondo salmón. Fue además la última obra que Rothko firmó en su parte frontal.

Destaca igualmente en la exposición Red-Brown, Black, Green, Red, fechada en 1962, por probar las intensas exploraciones cromáticas de Rothko, y la más tardía Untitled (Plum and Dark Brown), de 1964, en la que utilizó tonos más oscuros y bordes afilados en torno a un rectángulo de color.

 

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