Victoria Combalía
Rosemarie Trockel se dio a conocer en los años ochenta en Alemania, coincidiendo con la emergencia de los nuevos expresionistas.
Su cogito ergo sum, bordado en lana, se hizo famoso. Paralelamente ha desplegado una actividad de dibujante en la que sobresalen sus raíces bien ancladas en el romanticismo, en cuanto a temas (gnomos, sueños, fantasías), y una factura desenvuelta en la que prima el lirismo antes que la técnica. Aquí, un tema recorre toda una sala: los durmientes, y el resultado es espectacularmente poético.