Robert Adams: el lugar donde vivimos

El Museo Reina Sofía presenta la primera gran retrospectiva europea del fotógrafo americano

Del 15 de enero al 20 de mayo de 2013, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid

Comisarios: Joshua Chuang y Jock Reynolds

 

Buscó fotografiar motivos para la esperanza, pero en su camino halló también pruebas en su contra y decidió mostrarlas también para hacer de sus imágenes un instrumento útil y veraz que nos recordase nuestra estrecha relación (y nuestra responsabilidad) con el paisaje que habitamos y que, en definitiva, forma parte intrínseca de nosotros.

Además de ser considerado uno de los grandes fotógrafos estadounidenses del s XX, Robert Adams es uno de los más singulares cronistas del oeste norteamericano, cuya rápida transformación urbanística e industrial ha plasmado con cuidada devoción a lo largo de su carrera.

El Museo Reina Sofía presenta desde mañana al público una extensa retrospectiva que repasa su producción fotográfica desde los sesenta hasta la actualidad, trazando a través de imágenes siempre en blanco y negro su búsqueda de la luz y la belleza que perviven pese a las autopistas, los centros comerciales, las gasolineras y la proliferación de nuevas construcciones que parecen negar la naturaleza sobre la que se asientan.

“El lugar donde vivimos”, exhibición que viajará posteriormente al Josef Albers Museum Quadrat de Bottrop, en Alemania, al Jeu de Paume de París y al Fotomuseum Winterthur suizo, consta de 300 imágenes, todas en blanco y negro, agrupadas en veintidós series cedidas para la ocasión por la Yale University Art Gallery y acompañadas de más de 40 libros. Su objetivo: demostrarnos que somos privilegiados por pertenecer al lugar donde habitamos y que ese privilegio conlleva una serie de obligaciones hacia el paisaje que nos rodea y hacia el conjunto del planeta.

Ya en 1962, comenzó Adams a volcarse en sus exploraciones del paisaje rural de Colorado, donde vivió hasta 1997, y una posterior visita a Suecia en 1968, donde no encontró vallas publicitarias ni enormes zonas residenciales, le llevó a fijarse a fondo en las intervenciones urbanísticas que proliferaron en los sesenta en la cordillera Front. En su serie Edén documentó esa arquitectura urbana en expansión ante un paisaje agreste que no ha perdido desde entonces su esencia, pero sí parte de su atractivo.

Sus siguientes series, El nuevo oeste y Lo que compramos, le valieron reconocimiento en su país y el éxito del libro The New West, donde recogió parte de ellas. Así se refirió a ellas el fotógrafo: aparece lo que hemos comprado, lo que hemos pagado y lo que no pudimos comprar. Documentan el modo en que nos hemos alejado de nosotros mismos y, en consecuencia, del medio natural que declarábamos amar.

En los setenta, Adams, que trabajaba hasta entonces paralelamente como profesor universitario, abandonó esa labor para dedicarse por completo a la fotografía. En esa década se fechan proyectos como Del Oeste de Missouri, centrado en épicas vistas de paisajes del oeste explorados en el s XIX y hoy marcados por la intervención humana, y Ludlow, que consta de fotografías conmemorativas de una pequeña comunidad minera cercana a Denver de la que sólo perviven algunas casas abandonadas y un monumento que rinde homenaje a los huelguistas asesinados por la milicia de Colorado.

De la tierra al cielo, porque sus nubes sobre una planicie protagonizan la serie Pradera Nacional de Pawnee, mientras que Noches de verano capta el ambiente en algunas urbanizaciones residenciales tras el amanecer y Nuestros padres, nuestros hijos exhibe una tierna mirada sobre las familias que residen en torno a una planta de procesamiento nuclear.

Álamos reflexiona sobre la destrucción de un árbol para la construcción de viviendas nuevas; Los Angeles Spring representa un paisaje natural ahogado por una niebla tóxica y A lo largo de algunos ríos consta de vistas fragmentarias de paisajes suburbanos y rurales de Colorado que evocan el placer sensorial de caminar.

No faltarán en el Reina Sofía imágenes más recientes, que destacan por su austera luminosidad y su precisión, pero también por su intensa mezcla de esperanza y dolor. Conforman series como El Pacífico, Deshacer lo andado, La guerra de Irak, Bodhisatva, Chopos, Pine Valley, Hojas de aliso e Historias del mar, hoy.

Una recomendación: merece la pena detenerse en la lectura de los textos de sala, al tratarse de fragmentos de escritos del propio Robert Adams. Algunos de ellos podrán leerse también en la sala de lectura instalada al final de la exposición, que nos permitirá comprobar el genial uso del artista del libro fotográfico (muchas de sus series fueron inicialmente concebidas para este soporte).