El Guggenheim neoyorquino repasa la trayectoria de la fotógrafa a través de setenta imágenes y cinco vídeos
Nueva York, 06/07/2012
“Rineke Dijkstra: A Retrospective”
1071 5th Ave. at 89th st. 101278
Nueva York
Del 29 de junio al 8 de octubre de 2012+
De lunes a miércoles, de 09:00 a 18:00 horas
Viernes y sábados, de 09:00 a 20:00 horas
Desde comienzos de la década de los noventa, Rineke Dijkstra ha producido un complejo cuerpo de trabajo fotográfico y vídeo compuesto por retratos, generalmente de gran formato y normalmente de mujeres adolescentes, que por su agudeza visual y por su escala remiten en ocasiones a la pintura holandesa del siglo XVII. Apenas introduce detalles que contextualicen las obras, por lo que facilita al espectador la labor de indagar en la relación entre la fotógrafa y el retratado y entre éste y el propio público.
Hasta el próximo 8 de octubre, el Solomon R. Guggenheim Museum ofrece la más completa retrospectiva internacional que se haya brindado hasta la fecha a Dijkstra, compuesta por más de setenta instantáneas y cinco vídeos articulados en series sobre un tema o tipología específicos.
Fue en 1992 cuando la artista comenzó a retratar a adolescentes en las playas de Carolina del Sur; después repetiría esta acción en Polonia, Ucrania y en todo el mundo. Desde una perspectiva baja, dirige su objetivo hacia el cuerpo y los rostros de muchachas que bordean la edad adulta y que adquieren en sus obras una presencia monumental. En sus trabajos más recientes, no sólo fotografía a adolescentes, también a madres inmediatamente después de dar a luz, a boxeadores tras salir del ring y a sujetos cuyo agotamiento físico les impide llevar a cabo ese esfuerzo físico o mental que acompaña a una pose consciente.
Repite Dijkstra retratos de los mismos individuos a lo largo de meses o años: lo vemos en su serie Almerisa, aún inacabada. La comenzó en 1994 retratando a una joven bosnia en un centro de refugiados de Holanda; esta misma mucha ha sido su objetivo a lo largo de diez años y en las imágenes de Dijkstra hemos podido observar su transición a la edad adulta y su adopción de las costumbres holandesas.
Es también el caso de Olivier: Dijkstra siguió los pasos a este joven alistado en la Legión francesa durante tres años, periodo en que el soldado vivió una intensa transformación psicológica y física.
Diane Arbus y August Sander se encuentran también entre sus influencias. Se considera que su producción supone una nueva representación del ser humano en sentido clásico, al realizar una distanciada y aparentemente objetiva interpretación de la imagen.