Richter desenfocado

Hamburger Kunsthalle revisa la influencia de la producción del alemán en artistas posteriores

Recogiendo desde postulados estrictamente modernos los principios de la técnica del sfumato, practicada con virtuosismo por Leonardo da Vinci, Richter confiere al borrón un protagonismo clave en su producción, bien aplicándolo a fragmentos de sus obras, bien a la totalidad de las mismas.

Desde su aparición primera en las pinturas de Richter, las superficies borrosas han ganado espacio en obras tanto pictóricas como fotográficas de un buen número de artistas de generaciones posteriores. La exhibición que mañana comienza en Hamburger Kunsthalle analizará, por primera vez de forma exhaustiva, este principio estilístico a través de trabajos de veintiún autores nacidos a partir de 1960 y de una veintena de obras de Richter, incluyendo un film experimental. Los creadores representados son Pablo Alonso, David Armstrong, Anna y Bernhard Blume, Michael Engler, Wolfgang Ellenrieder, Isca Greenfield-Sanders, Maxine Henryson, Nicole Hollmann, Bill Jacobson, Adam Jankowski, Tamara K.E., Wolfgang Kessler, Karin Kneffel, Peter Loewy, Marc Lüders, Ralf Peters, Qiu Shihua, Ugo Rondinone, Johanna Smiatek, Thomas Steffl, Ernst Volland, Franziskus Wendels, Michael Wesely y Paul Winstanley.

Veremos cómo son muy variados los mecanismos de introducir en el arte la imagen borrosa y la hallaremos en estas piezas tanto en toques suavizados y superficies veladas (que confieren a estos trabajos un aire romántico, nostálgico o de misterio) como en turbias neblinas que otorgan movimiento y representan el dinamismo de la vida moderna.

Los motivos que aparecen en estas imágines a veces no pueden discernirse en absoluto, otras veces son identificables pese a que sus contornos queden diluidos. Este tipo de interpretaciones o nos negarán la idea de que las representaciones fotográficas cumplan una función de reflejo objetivo de lo real o nos plantearán dudas sobre si determinadas obras son reproducciones poco claras de una fotografía o reflejos pintados y precisos de la misma.

En su capacidad de conciliar los opuestos (realismo y abstracción), la difuminación de las imágenes es sintomática de la postmodernidad, tal y como subraya Wolfgang Ullrich en su ensayo La historia de las imágenes fuera de foco (2002).

Hay que subrayar, además, que las representaciones borrosas han alcanzado gran éxito en el marco de la cultura popular, sobre todo en la industria de la publicidad. Ello viene a demostrar la extraordinaria influencia de la alta cultura y las artes aplicadas en el ámbito de todas las manifestaciones sociales actuales.

Michael Wesely

Pétalas 2, 2008

Gerhard Richter

Tulpen, 1995

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