Ricardo Cases y el porqué de las naranjas

Sus fotografías nos sorprenden en la Plaza de Matadero Madrid

Madrid,

Ricardo Cases. El porqué de las naranjasPop, sincera y representativa de un enfoque humano y antropológico de la fotografía: así es la obra del artista alicantino Ricardo Cases. Su apariencia banal, cercana a lo kitsch, no debe sin embargo despistarnos: tras su imaginería cotidiana, laten pulsiones universales y un tinte humanista, tanto o más presentes en la producción de Cases que su preocupación por la estética: él es periodista y ha colaborado con El Mundo y sus suplementos y con las publicaciones Fake, Vanidad, NEO2 o Time.

Desde 2006 es miembro del colectivo Blankpaper, en cuya escuela imparte clases, y en 2008 recibió el Premio Nuevo Talento FNAC de Fotografía. También es autor de varios libros y podemos decir que sus trabajos expresan anhelos del ser humano auspiciados o derribados por la sociedad de masas y la globalización.

La ironía y la provocación son también notas habituales de sus imágenes, sobre todo de las más personales, las más lúdicas, que rayan a veces un subversivo surrealismo. Cases ha realizado retratos presidenciales, impactantes escenas de caza e imágenes de lugares con los que se ha cebado la tragedia. Las tradiciones españolas y su confrontación con la modernidad son otro de sus temas más abordados.

Hasta el próximo 31 de mayo, en Plaza Matadero y bajo el comisariado de Gemma Melgar, el fotógrafo nos muestra 19 de las 65 obras que componen su serie El porqué de las naranjas, inspirada en esta fruta tan levantina. A partir de ella, y de su color, Cases ha creado una línea narrativa con la que plasmar la idiosincrasia de la zona mediterránea.

La luz, el cromatismo, el humor y el sentido de lo absurdo son claves en estas imágenes, con el tono naranja como herramienta e hilo conductor a la hora de hablarnos no sólo de la naturaleza del Levante, también de política y economía.

Las imágenes se han impreso sobre lonas instaladas en las estructuras de andamio de la Plaza y, según Luis López Navarro, si se ignora la superficie y se está bien alerta a las señales, en el entorno inmediato del fotógrafo (en este caso, las huertas del Levante, un epicentro telúrico de la España contemporánea) se puede encontrar un modelo a escala de todo, un laboratorio donde estos mecanismos se manifiestan en libertad. No hace falta irse muy lejos para encontrar evidencias de fenómenos mayores. “El porqué de las naranjas” no es por tanto, literalmente, un retrato del Levante. Es un retrato del espíritu del Levante y por extensión del espíritu de la España de hoy.

Cases ya ha expuesto su trabajo en el Arts Santa Mónica, el Photobook Museum de Colonia, La Casa Encendida, Le Bal de París o el Cervantes de Milán.

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