Regoyos, la aventura impresionista

Darío de Regoyos (1857-1913). La aventura impresionista

El Museo de Bellas Artes de Bilbao conmemora el centenario de la muerte del artista mostrando 140 de sus obras

Óleos, pasteles, acuarelas, dibujos y grabados y también documentación original ligada al artista (cartas, fotografías, catálogos de exposiciones…) se muestran hasta el 14 de enero en el Museo de Bellas Artes de Bilbao para conmemorar el centenario de la muerte de Darío de Regoyos y poner al día datos sobre su personalidad, sus relaciones profesionales y de amistad y su perfil biográfico.

La exhibición ha sido comisariada por uno de los mayores expertos en el pintor de Ribadesella, Juan San Nicolás, y tras su presentación en Bilbao viajará al Museo Thyssen-Bornemisza y al Museo Carmen Thyssen de Málaga.

Tras formarse inicialmente en Madrid, Regoyos se trasladó a Bruselas, donde se integró en los grupos europeos de vanguardia L’Essor y Les XX. En 1883 se estableció en Irún y en 1889 en San Sebastián. En el intermedio, en 1885 viajó a Londres para visitar a Whistler, autor de un retrato de Regoyos hoy desaparecido y al poeta Émile Verhaeren.

  

Darío de Regoyos. Retrato de Miss Jeanning, 1885. Museo de Bellas Artes de Bilbao

Un año después recorrió con este último diversas regiones españolas, en un periplo que serviría de origen al libro España negra (1899). Entretanto participó habitualmente en muestras colectivas en Bruselas, Amberes, Gante, Ámsterdam, París, Madrid o Barcelona y, con la mediación de Pissarro en 1897, comenzó a exponer individualmente en París.

Coincidiendo con el cambio de siglo, Regoyos se vinculó al grupo de artistas vascos formado por Manuel Losada, Adolfo Guiard, Francisco Iturrino, Pablo Uranga e Ignacio Zuloaga, que desde Bilbao intentabade renovar el contexto artístico local.

     

Darío de Regoyos. El baño en Rentería, 1900. Museo de Bellas Artes de Bilbao

Darío de Regoyos. El Urumea, 1904. Museo de Bellas Artes de Bilbao

La pintura de Regoyos tuvo varias etapas. En un primer periodo belga, destacan sus retratos y paisajes de cuidados efectos lumínicos. Le sigue lo que el propio Regoyos denominó la serie de “La España negra”, filosófica y simbolista, que muestra la vertiente más sombría de la tradición española. Otro periodo está marcado por el uso de la técnica puntillista, que conoció a través de Seurat, Signac y el citado Pissarro. La última etapa, y también más conocida por el gran público, es la impresionista, a la que la exposición presta especial atención al reunir un elevado número de óleos.