Cuando han transcurrido trece años desde su muerte, David Zwirner, la sala que representó a Raoul de Keyser desde 1999 hasta su fallecimiento, acogerá “Touch Game”, una nueva exposición dedicada al creador belga: será la más amplia entre las que le han brindado hasta la fecha, tanto en Nueva York y Londres como en Hong Kong, y tendrá por comisaria a Helen Molesworth. Aunque albergará trabajos de todas las fases de su trayectoria, el punto fuerte del recorrido serán las piezas de su periodo de madurez, comprendido aproximadamente entre 1980 y 2000, cuando este autor emprendió una honda investigación sobre el potencial expresivo de la pintura abstracta en composiciones pobladas por formas simples y marcas que, aunque aludan de manera implícita al mundo natural, y por tanto al universo figurativo, evitan sugerir narrativas concretas para no limitar la experiencia y la interpretación del espectador. Transitan sus superficies entre la sutilidad y el vigor.
Podremos ver en Nueva York piezas de sus series de los ochenta Zinkend y Hellepoort, representativas del inicio en De Keyser de un camino más dinámico y gestual que continuaría labrando en la década siguiente y que tuvo en la llamada “línea de tiza” uno de sus sellos: ya había comenzado a incorporarlas antes, en los setenta, y se convertirían en recurrentes al observar el artista su presencia constante en el entorno inmediato, especialmente en los recintos deportivos; en algunos lienzos devienen barras transversales paralelas que dividen el soporte en registros, en otros trazos suaves de blanco contrastan con aplicaciones más frenéticas de pigmento, generando una suerte de síncopa visual que unifica toda la composición.
La participación de De Keyser en la novena edición de la Documenta de Kassel, en 1992, supuso un punto de inflexión en su trayectoria y la consolidación de su reconocimiento internacional; varias de las composiciones reunidas en David Zwirner corresponden a este momento, entre ellas Front, que se expuso en esa misma cita, y algunas serán inéditas en Estados Unidos: se caracterizan por la disolución de las distancias entre figuras y fondos para integrar nubes sensuales o rayas y borrones difusos.
Entre sus obras últimas llegadas a Nueva York podemos citar las de la serie Come on, play it again, que el artista presentó por primera vez en esta misma galería (entonces con sede en Green Street) en 2001; en su producción última, cada uno de los trabajos podría atender a una lógica compositiva diferente, aunque todos partan del empleo audaz de formas biomórficas y geométricas, cuadrados, líneas y puntos. El título de aquel conjunto ofrece evidentes connotaciones musicales: parece alentar las improvisaciones de un pianista de jazz o sugerir la posibilidad de variaciones infinitas en lo sonoro y en lo visual.
Ha señalado Molesworth que las pinturas de De Keyser buscarían detener, desde la suavidad, el impulso humano por encontrar significados en lo que ve: despliegan lo cotidiano alejándose de lo obvio, insistiendo en las acumulaciones, cercanas a todos, de pequeñas formas y gestos capaces de intensificar y enfocar nuestra atención en un tiempo en que esta se encuentra cada vez más dispersa. Justamente el título de esta muestra, “Touch Game”, hace referencia a nuestro potencial de reparar, nada lejos, en la ligereza, la poesía y el misterio, que él intenta trasladar en sus telas desde el rigor formal. La intensidad visual que su trabajo logra transmitir será, por eso, inesperada, y dejó huella en un buen número de artistas abstractos posteriores.
Raoul de Keyser. “Touch game”
519 & 525 West 19th Street
Nueva York
Del 16 de enero al 1 de marzo de 2025
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: